Más de dos millones de clientes del servicio eléctrico de Capital Federal, el Gran Buenos Aires y el Gran La Plata recibirán con alivio la noticia: la Secretaría de Energía redujo el duro castigo que inicialmente había impuesto a los usuarios que no cumplan con la meta de ahorro de energía del 10 por ciento contra los consumos de 2003. El cargo adicional ya no será del doble del valor de la tarifa, sino de sólo una vez dicho valor. Pero, además, sobre el valor de tales sanciones no se computarán impuestos, lo cual evita un recargo del 44 por ciento para los clientes radicados en la provincia de Buenos Aires y del 28 por ciento para los de la ciudad capital.
El Gobierno había impuesto un conjunto de modificaciones para este año en el programa de uso racional de la energía eléctrica (Puree) que implicaban, en los hechos, un espectacular incremento en los valores de factura para aquellos que no lograran un consumo inferior al verificado en el mismo domicilio dos años atrás. La meta de ahorro se modificó del 5 por ciento de lo consumido en 2003 al 10 por ciento, con respecto a ese mismo año de comparación. El cargo adicional por no ahorrar también se había duplicado, pasando a dos veces el cargo variable por kilowatt consumido. Pero, además, el último bimestre de aplicación del Puree 1 se superpuso con el primero del Puree 2 que lo sustituía.
Bajo estas condiciones, no resultó sorprendente que hubiera clientes que recibieran, en agosto, facturas con un recargo del orden del 200 por ciento sobre el bimestre anterior (pasando de 40 pesos a 120, por ejemplo), por efecto de los cargos adicionales más la superposición de los dos programas. Los afectados, según las propias distribuidoras, sumaban más de dos millones de clientes: prácticamente la mitad del padrón. Temiendo una reacción masiva de los usuarios, el gobierno nacional optó, como primera solución, por postergar en 60 días la entrada en vigencia del Puree 2, fijada inicialmente para el 10 de julio. Pero ello no hubiera hecho más que trasladar el mismo impacto para principios de octubre. Desde principios de la semana pasada, la Secretaría de Energía le había anticipado a las distribuidoras la intención de introducir “cambios de fondo” en el régimen del Puree 2. En los hechos, las modificaciones practicadas no cambian el número de clientes que serán sancionados, pero sí el monto de las sanciones. Y sustancialmente, tanto por la rebaja a la mitad del valor del cargo adicional como por la eliminación de la carga impositiva.
Tal como en el régimen previo, los usuarios con consumos menores a 300 kilowatts/hora bimestrales (tarifa T1R1) no tienen recargo por mayor consumo, aunque sí pueden beneficiarse con descuentos por ahorro de energía. La reducción a la mitad del recargo, entonces, sólo rige para los clientes residenciales de consumos medios y altos (T1R2), puesto que el resto (comerciales, industriales, etc.) seguirá con un adicional equivalente a dos veces la tarifa. La sustitución de la carga impositiva sobre los cargos adicionales, en cambio, rige para todas las categorías.