ECONOMíA
› EMPLEO PRIVADO
Pasando en blanco
› Por Raúl Dellatorre
El 9,5 por ciento de variación positiva en el nivel de empleo registrado en los principales centros urbanos del país en el mes de agosto, con ser bueno, no es lo que parece. Ayer, al presentar los resultados de la Encuesta de Indicadores Laborales en la Casa Rosada, el ministro de Trabajo destacó que “continúa fortaleciéndose” la creación de empleo privado. Pero el cruce de los datos recabados por la cartera laboral con los que elabora trimestralmente el Indec echa luz sobre una realidad algo diferente: la mayor parte de aquel crecimiento en el empleo declarado por los empleadores sería producto del “blanqueo” de personal que estaba en negro, y sólo una mínima proporción corresponde a la creación de nuevos puestos de trabajo.
Los resultados del relevamiento de la cartera laboral destacan el fuerte crecimiento del empleo declarado en las zonas urbanas del Gran Córdoba (12,3 por ciento) y Gran Buenos Aires (10 por ciento, incluida la Ciudad Autónoma) en los últimos doce meses. En ambos casos, se destaca la evolución del sector de la construcción, con incrementos del 39,7 por ciento en el área metropolitana y del 69,8 por ciento en el centro de la provincia mediterránea.
Según los propios técnicos del Ministerio de Trabajo, en estos sorprendentes resultados impacta el blanqueo de personal por parte de medianas y grandes constructoras que participan en la obra pública de cada uno de estos distritos. La encuesta de Trabajo se realiza sobre empresas de diez o más empleados, es decir empresas medianas o grandes que –en el caso de la construcción– suelen echar mano al personal en negro en los primeros años de la recuperación y lo blanquean cuando la actividad se consolida.
Otro dato revelador es que, mientras que el empleo privado en blanco crece en el Gran Buenos Aires a un ritmo del 10 por ciento anual según la encuesta de la cartera laboral, el último dato publicado por el Indec (segundo trimestre de 2005) informa que la cantidad de personas ocupadas en el GBA creció en un año tan sólo 0,7 por ciento (37 mil nuevos empleos). Si ambos datos son ciertos –no hay por qué pensar lo contrario–, se deduce que el empleo global no está creciendo, pero sí el empleo registrado en el sector privado. Conclusión: el fenómeno que se verifica en el GBA no es la creación de empleo, sino el blanqueo de personal en negro.
La comparación entre unos datos y otros no empalidece la tendencia positiva que muestra el mercado laboral al evidenciar un mayor marco de legalidad para el personal ocupado, pero sí pone en tela de juicio algunas aseveraciones de ayer de Carlos Tomada en Casa de Gobierno. En el conurbano bonaerense, afirmó, “se registra el nivel de creación de empleo más elevado de los últimos diez años”. En realidad, lo que más crece es el blanqueo en el sector privado, y sólo mínimamente se computan nuevos empleos.
Otra apreciación del ministro en la víspera que quedó en controversia con los datos del Indec es que “por cada punto porcentual de crecimiento de la economía, se registra un idéntico aumento del empleo”, comparando la tasa de aumento anual del PBI del 9 al 10 por ciento, con una tasa similar de incremento en el empleo privado registrado. Lamentablemente, el empleo global no está creciendo a ese mismo ritmo, sino apenas al 1,7 por ciento anual, tomando la cantidad de ocupados informada por el Indec para el conjunto de aglomerados urbanos. Y éste es el dato que cuenta para medir la elasticidad empleo-producto.
La buena noticia es que el empleo privado registrado sigue creciendo en los grandes centros urbanos (con la excepción del Gran Rosario, donde se planchó desde abril), y en agosto lo hizo por trigésimo quinto mes consecutivo. Lo malo es querer extenderla más allá de lo que realmente representa.