@En la primera operación de recompra de títulos públicos, el Gobierno logró una reducción de la deuda de 113 millones de dólares. Para hacerlo utilizó 98,8 millones, prácticamente un tercio de lo que tenía previsto. De los 19 bonos que estaban a disposición, sólo recompró dos: Boden 2015 y Boden 2012. El resto de las ofertas fueron rechazadas porque los inversores reclamaban mejores precios que los que se consiguen en el mercado.
En la operación hubo algo llamativo: el Boden 2015 fue colocado en el mercado hace apenas un mes. En total fueron 631 millones de dólares. La mitad fue distribuida entre bancos públicos y la otra mitad se la llevó el gobierno de Venezuela. De aquel monto, ahora Economía levantó 5 millones de dólares. Una diferencia de lo ocurrido a fines de octubre fue que ayer se pagó 87,50 dólares por cada lámina de 100, algo más barato que el precio de colocación, que fue de 89,09 dólares.
El protagonista de la licitación fue el Boden 2012. Se absorbieron 108,6 millones de dólares a valor nominal, para lo cual se utilizaron 94 millones de dólares en efectivo. Entre ambos papeles –el Boden 2012 y el Boden 2015– se logró una reducción de la deuda de 113 millones.
Roberto Lavagna había previsto 318 millones de dólares para recomprar títulos de la deuda. Así lo determinó la cláusula del Prospecto del canje, que obligó al Gobierno a utilizar los fondos que no les paga a los acreedores que rechazaron la oferta. Ayer sólo utilizó el 31 por ciento. Si bien hubo ofertas por 963,6 millones de dólares se aceptaron 113 millones porque, en muchos casos, los inversores reclamaron precios superiores a los de mercado. Por ejemplo, en el caso de los Discount en pesos, hubo ofertas de entre 134 y 143 pesos por cada lámina, cuando el valor de mercado se ubica en 133,50. Lo mismo sucedió con el Par en pesos. Se reclamó hasta 70 pesos cuando el precio es de 54,50.
De acuerdo con el prospecto, el Gobierno tiene hasta fin de año para lograr el objetivo, que es utilizar los restantes 219 millones de dólares para recomprar deuda. Existe la posibilidad de extender los plazos en 90 días.
En vista de lo ocurrido ayer, el plan encierra una paradoja: fue concebido para darle sostén a los precios de los bonos, pero la realidad está indicando que los financistas inflacionan el valor de los papeles. Más allá de que no existiría ninguna lógica al respecto, hay un hecho que puede explicar el fenómeno: el mercado de la deuda argentina se encuentra muy demandado por los operadores internacionales. Con su oferta, justo en este momento, Economía no hace más que cebar a los inversores.