ECONOMíA
› KIRCHNER CENTRO SUS CRITICAS SOBRE LOS SUPERMERCADOS
Cartel de prohibido subir precios
El Presidente arremetió contra los grandes supermercados acusándolos de tener conductas “cartelizadas” y amenazó con organizar a los consumidores para evitar alzas de precios. Coto y Jumbo rechazaron esas acusaciones.
Por Cledis Candelaresi
Desde Mar del Plata
Néstor Kirchner embistió ayer fuerte contra los supermercados reiterando la acusación oficial de que están cartelizados para la fijación de precios. “Es un sector que está fuertemente concentrado y que trata de profundizar sus ganancias en desmedro de los bolsillos del pueblo argentino”, espetó el Presidente, quien de inmediato focalizó su encendido discurso contra Alfredo Coto, titular del coloquio de Mar del Plata. “A usted le digo que el Gobierno se va a organizar y va a organizar a los consumidores” para batallar contra los ajustes en las góndolas. El aludido, al igual que el resto de los empresarios del rubro, sólo atinó a negar que exista aquel acuerdo de precios, cuidando con esmero no alimentar la polémica con el primer mandatario. “Voy a trabajar más que nunca para esta Argentina que crece”, fue la gentil respuesta de aquel empresario, que promete ser más directo desde el lunes, cuando este encuentro anual sea historia.
La mecha la encendió una información de prensa acerca de los pronósticos patronales sobre la inflación del año próximo –que algunos vaticinan cerca del 12 por ciento– sumada a la declaración que el miércoles hizo Horst Paulmann, cuando negó cualquier concertación entre los supermercadistas para fijar precios. “(Patricia) Vaca Narvaja puede dormir tranquila que no estamos haciendo un cartel”, había dicho el hombre de Cencosud, grupo dueño de Jumbo. En la apertura del encuentro empresario, Coto hizo un discurso light y de circunstancia, cuidando que cualquier palabra pudiera interpretarse como una crítica a la política oficial. Pero ni aquella previsible declaración ni este recaudo le permitieron evitar la embestida presidencial.
“Sepa usted, Coto, que el Gobierno se va a organizar y va a organizar a los consumidores”, amenazó Kirchner, aludiendo a la posibilidad de investigar (y eventualmente probar) un acuerdo de precios entre los súper. Estos tratan de negarlo hasta con datos técnicos, como los que ayer manejaba Fabio Fabri, de Carrefour. De acuerdo con su análisis, los supermercados “formales” apenas comercializan el 30 por ciento de los alimentos y bebidas a nivel nacional, porcentaje que se reduce “un 12 por ciento” en el caso del trío que integra esta cadena junto a Jumbo y Coto. Ambos porcentajes no les dejaría margen para poder imponer precios, según la óptica de los franceses.
Paulmann ayer reiteró ante Página/12 que “no existe ningún cartel” para la fijación de los precios que “no pueden controlarse por decreto”, en referencia a las intervenciones oficiales como el aumento de retenciones para moderar las subas en las carnes. Mientras, Cencosud, grupo accionista de Jumbo, aclaró mediante un comunicado que las declaraciones que su máximo representante formuló el día anterior “fueron malinterpretadas”, intentando bajar el tono de la polémica desatada. Kirchner también acusó a aquel directivo de anticipar un pronunciamiento judicial favorable a la compra de Disco aunque, en rigor, éste sólo dijo que esperaba que tal dictamen estuviese listo para abril.
Tamaña irritabilidad presidencial hizo que los empresarios extremaran el cuidado a la hora de hacer declaraciones, empezando por Coto, elegido como blanco. “Acá (en alusión al coloquio marplatense) no hay palo político: todo el mundo está participando en un debate constructivo”, dijo por la mañana. “Que confíe el Presidente en los empresarios que actuamos con el corazón”, declaró por la tarde el hombre que inspiró la solidaridad del cónclave patronal.
Fue, sin duda, el orador más aplaudido del Coloquio, cuando en lenguaje muy llano y con toques de humor, ayer usó el escenario para resumir su historia de empresario que se negó a vender. El lunes,cuando ya no ostente el rango de titular del coloquio número 41, respondería de modo más directo, según prometió ayer.
En la otra vereda se ubicó Felipe Solá, quien ayer declaró que no podría asistir al evento cuando sus anfitriones son empresarios que alientan la inflación. La otra gran vacante se produjo en la comida de clausura, prevista para hoy: las escasas esperanzas de que asista el invitado Presidente ayer terminaron de pulverizarse. Ni siquiera los auspiciosos pronósticos sobre el crecimiento de la economía y la inversión que derrocharon Coto, titular del coloquio, y Enrique Pescarmona, presidente de IDEA, permiten conjeturar con que se produzca ese milagro.
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