ECONOMíA
La pulseada de Economía con los bancos no terminó
Se postergó para la semana próxima la reglamentación del plan bonos. Los bancos, en sintonía con el Fondo Monetario, presionan para que las alternativas de compra con bonos se reduzcan al mínimo.
La implementación del canje de depósitos reprogramados por bonos deberá seguir esperando. El ministro Roberto Lavagna se reunió ayer con los principales banqueros. La discusión continuó siendo cuáles serán los bienes que podrán adquirirse con los nuevos instrumentos. Los bancos presionaron para que las alternativas de compra se reduzcan a un mínimo. Porque, en línea con los planteos del Fondo Monetario, quieren limitar al máximo el traspaso de fondos a cuentas a la vista, desde donde el dinero sale de los bancos directo al dólares. El Gobierno, en tanto, se debate entre mantener altas las restricciones para evitar la presión sobre el dólar, y consecuentemente sobre la inflación, pero necesita, al mismo tiempo, encontrar mecanismos que estimulen la demanda. En este marco, ayer el Banco Central volvió a vender una buena porción de reservas con el modesto objetivo de frenar al dólar en 3,73.
Lavagna informó ayer a los banqueros que todavía pasarán algunos días antes de que el Banco Central pueda emitir todas las comunicaciones para poner en marcha el plan bonos para el corralito. Antes, serán necesarias tres resoluciones complementarias del Ministerio de Economía. La primera de ellas deberá reglamentar la emisión de los bonos, la segunda determinar las normas para la recompra de los Cedro (Certificados de Depósitos Reprogramados) y la tercera –y más controvertida– deberá reglamentar el artículo 21 del decreto del plan, el que establece para qué fines podrán ser utilizados los nuevos papeles que se entregarán a cambio de los depósitos. Según evaluaron fuentes de Economía, las resoluciones podrían estar listas en los primeros días de la semana próxima, por lo que las circulares del Central se esperan para el final de esa semana.
En lo que respecta a la política cambiaria, Lavagna consideró que “el Banco Central no dejará de intervenir en el mercado del dólar”. “No se trata de un control de cambios sino de la continuidad del régimen de flotación sucia”, afirmó. Ayer, luego de una suba inicial que llevó a la divisa cerca de 3,80 pesos por unidad, el Banco Central intervino primero vendiendo 80 millones en el mercado mayorista. Finalmente, las liquidaciones de exportaciones le permitieron recomprar 70 millones. En el minorista, en tanto, las ventas de la autoridad monetaria llegaron a los 12 millones. De esta manera, el neto volcado por el Central al mercado fue de 22 millones. Finalmente, al cierre de las operaciones, el dólar por cuenta y orden terminó a 3,55/3,60, los mismos niveles que la víspera, y el libre lo hizo a 3,58/3,73.
Para el ministro de Economía el actual precio del dólar “es excesivamente alto debido a que tiene un componente de incertidumbre”. Por ello, opinó que “en la medida que podamos ir bajando dicha incertidumbre dicho precio se reacomodará, tal como ocurrió en su momento en Brasil, luego de la devaluación del real”.
En línea con las declaraciones ministeriales, los analistas de la city consultados por este diario consideraron que la percepción de los operadores es que la cotización del dólar está estabilizada. Al margen de los tradicionales argumentos sobre los efectos de un acuerdo con el FMI, argumentos que ayer también fueron esgrimidos por Lavagna, la proyección es que si el Banco Central mantiene una política monetaria restrictiva, la divisa no tendería a aumentar.
No obstante, el mantenimiento de dicha política representa un supuesto fuerte, aunque acorde con la idea de encontrar alguna forma de “ancla” a las cotizaciones. Pero lo cierto es que tanto en el sector financiero como en la economía real, la idea que predomina es que la crisis, y no sólo el dólar, llegó a un punto de equilibrio, “en el que no pasará nada demasiado bueno, ni nada demasiado malo”, según sintetizó a Página/12 un analista.
Acerca del plan bono, Lavagna admitió que el FMI “hubiera querido que el canje por bonos hubiera sido compulsivo y no optativo, tal como lo dispuso el Gobierno”. Por último, el ministro ratificó que “ni salarios ni tarifasserán ajustadas en junio”.