ECONOMíA
Miceli busca cerrar la canilla de transferencia al sector financiero
En un evento organizado por el mayor holding industrial, Techint, pero ante un auditorio conformado por 500 pymes, Felisa Miceli rindió su primer examen al exponer los objetivos de su política.
Por primera vez desde que asumió, Felisa Miceli se enfrentó con un auditorio de medio millar de empresarios. Lo hizo en un escenario mixto: pequeñas y medianas empresas participando en un seminario para debatir la situación del sector, organizado por el mayor holding industrial del país, Techint. Tras pronosticar que 2005 terminará con un crecimiento del 8,5 por ciento, la titular del Palacio de Hacienda reiteró ayer los ejes centrales de su recién iniciada gestión, puntualizó las que a su criterio son las causas de la inflación y remarcó, como un mensaje sin intermediarios a los empresarios grandes y pequeños presentes, el objetivo prioritario de su política: “Crecer, pero crecer con equidad”.
Lejos de los tradicionales discursos de ministros que endulzaban los oídos de empresarios y endiosaban al mercado, Miceli marcó la cancha frente a su auditorio, destacando el rol activo que le pretende imprimir en su gestión al Estado. “Uno de los grandes problemas que siempre tuvo nuestra economía fue la sistemática transferencia de recursos del sector real al sistema financiero”, definió. Su objetivo, enunció, es que “las tasas de interés bancarias reflejen los costos de funcionamiento del sistema”, añadiendo que eso debe reflejarse en una baja de los niveles actuales.
Sin embargo, la flamante ministra buscó hacer equilibrio en cuanto a los efectos que tendrá la decisión de pagar el total de la deuda con el Fondo Monetario Internacional en los próximos días. “Esta cancelación anticipada de la deuda con el FMI nos permite empezar el año próximo con una mejor situación financiera y fiscal”, explicó. Pero enseguida aclaró que no es intención de la actual administración aplicar esos recursos excedentes al aumento del gasto público. Al menos, hasta abril inclusive, fecha hasta la cual el ex ministro Roberto Lavagna se había comprometido a no incrementar partidas en ninguna área, sino que guardaría todo recurso excedente en un fondo anticíclico, como modo de dar una señal de que el gasto público no realimentaría las tendencias inflacionarias.
Ayer, Miceli ratificó ese criterio. Reiteró que los recursos extra, como los previamente destinados al pago de vencimientos con el FMI, se destinarán al fondo anticíclico y subrayó que “ese es el aporte del sector público a la estabilidad de precios que tanto deseamos mantener”. Sin dar mayores precisiones, la ministra destacó que “daremos un fuerte impulso al instrumento del fondo anticíclico que creó la anterior administración del Ministerio”, lo que puede interpretarse como que no será un simple mecanismo de esterilización de ingresos públicos. Cerca de la ministra se está pensando en la posibilidad de convertir esos fondos en un instrumento de movilización de recursos para generar empleo, particularmente en franjas de población y actividad a las que el mercado no está dando respuesta. Una forma de llevar a la práctica, dicen desde ese sector, la idea de “utilizar la política económica como herramienta de transformación de la realidad y para cambiarle la vida a la gente”, como suele señalar la nueva jefa del Palacio de Hacienda.
Distendida y siempre sonriente, con el emblemático empresario Paolo Rocca –organizador del seminario– a su izquierda, Felisa Miceli repasó los lineamientos centrales de su política. Mantener un superávit fiscal primario alto, apoyar el crecimiento del superávit comercial con un nivel competitivo del tipo de cambio, compra del saldo de divisas para acumular reservas, una política monetaria prudente y promover la baja en las tasas para el crédito interno.
Admitió que la inflación “es el principal desafío” del Gobierno para el año próximo, pero aclaró que en el marco de evitar nuevos desequilibrios en la distribución del ingreso por esa vía. Si en el país se instalara una dinámica inflacionaria, sugirió, “no solamente perderían quienes tienen una renta fija o un salario, porque las empresas también perderían ventas, se encarecerían sus insumos y se perjudicarían por la inestabilidad”. Ponderó “el esfuerzo que se ha hecho por mantener los precios en un contexto de gran crecimiento”, en referencia a los recientes acuerdos de precios sectoriales. Y señaló que “la inflación no es un tema estrictamente monetario”, sino que responde a “un reacomodamiento de precios relativos” derivado, entre otras causas, del desfasaje entre la inflación mayorista y la minorista con posterioridad a la devaluación (enero de 2001), así como a la demora de la oferta en alcanzar el ritmo de crecimiento de la demanda de bienes. En ese sentido, Miceli destacó la necesidad de impulsar la inversión,
La ministra recordó que la inflación prevista en el presupuesto para este año se ubicaba en una franja del 8 al 11 por ciento, pero que la previsión de crecimiento había sido del 4 por ciento. Si bien reconoció que el crecimiento de precios había superado aquella pauta, subrayó que el crecimiento del producto lo hizo mucho más, estimando que el año está culminando con un aumento del PIB del orden del 8,5 por ciento. Y ello están en línea con “lo que nosotros le proponemos a la sociedad, y creo que lo ha interpretado, que es crecer, pero crecer con equidad”, concluyó.
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