El vicepresidente de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, elogió ayer la “firmeza” del Gobierno a la hora de negociar con Brasil, su principal socio en el Mercosur, para poner límites a las asimetrías que existen en materia de intercambio comercial y producción industrial. “Por primera vez vimos al gobierno argentino firme”, porque “si por Brasil fuera, no firma nada”, aseguró.

De Mendiguren consideró como un avance el hecho de que el vecino país se avenga a discutir la instauración de la Cláusula de Adaptación Competitiva, que prevé medidas como “la suspensión del libre arancel de la región” en caso de que un país produjera “daños” al otro en materia comercial. En ese contexto, el dirigente industrial estimó que si Uruguay concretara un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos, “irá a la ruptura del bloque” del Mercosur, aunque evaluó que la amenaza “viene bien” para hacer reflexionar a las autoridades brasileñas. Indicó que “la asimetría a favor de Brasil es enorme” y denunció, además, que ese país “utiliza herramientas expresamente prohibidas”, como el fomento de las exportaciones a través de subsidios a la radicación de inversiones. “Argentina dijo: ‘si ustedes no pueden cumplir con lo que firmaron, por lo menos tenemos que tener una cláusula que libere la cancha’, porque si las inversiones no entran en esa cláusula, no hay motivo para que no se hagan en Argentina”, argumentó.

El empresario textil se refirió también al ciclo de crecimiento que viene manteniendo la Argentina desde el inicio de la gestión Kirch-

ner, que podría llegar a ser el mejor en los últimos “cien años”, según dijo, aunque advirtió que falta “el derrame” de sus beneficios hacia los sectores menos favorecidos. Por otra parte, admitió que “a todos nos gustaría” que el Presidente no tuviera una relación de confrontación con los empresarios, pero sostuvo que, en realidad, Kirch-

ner “primero aprieta, y después negocia”. Destacó, al respecto, que “la firmeza que tuvo con el Fondo Monetario Internacional dio resultado”, así como la negociación del canje de la deuda.