ECONOMíA
› MAÑANA LLEGA UNA DELEGACION “DE AVANZADA” DEL FMI, SIN ANOOP SINGH
Misión “muletto” como para ir conversando
El comunicado oficial del Fondo le dio carácter de “equipo de avanzada”, como para bajarle el rango. En Economía lo entendieron como demostración de fuerza de Anne Krueger, aunque de hecho toman como un triunfo haber logrado la confirmación de la visita. El indio Anoop Singh recién llegará luego de la misión exploratoria para negociar los términos de la carta de intención.
La pequeña alegría que se vivió ayer en el Gobierno por la confirmación del envío de una misión del FMI es todo un símbolo de las limitadas aspiraciones oficiales. Roberto Lavagna consiguió en su tercera comunicación con la subdirectora Anne Krueger lo que no había podido en las dos anteriores: que el organismo de crédito deje salir a sus técnicos del corralito de Washington y viajen a la Argentina. El “equipo de avanzada” llegará mañana capitaneado por John Thorton, principal ayudante de Anoop Singh. El economista indio recién vendrá cuando las negociaciones estén cerca del final, para poner la firma a la carta de intención de un nuevo programa. Eso es lo que dicen en Economía, confiando en que de ahora en más todo avanzará sin contratiempos.
El FMI eligió con cuidado las palabras del comunicado en el que anunció el viaje de una delegación. “Se envía un equipo de avanzada para negociar un programa económico que pueda ser apoyado por el Fondo”, explica. La aclaración de que se trata de una avanzada busca dejar en claro la menor jerarquía de los emisarios, que vienen sin su jefe titular: Anoop Singh. Sin embargo, con el ascenso que logró el economista indio a jefe del Departamento del Hemisferio Occidental, promoción que se concretará en setiembre próximo, Thorton se convirtió en los hechos en el encargado de las negociaciones con Argentina.
–¿Por qué tantas discusiones sobre las características de la misión? -preguntó Página/12 a un miembro del equipo económico.
–Para hacernos sentir el rigor, nada más. Se trata de una misión con poder de negociación, pero a Krueger le gusta mostrar quién manda -admitió el funcionario.
El Gobierno, por su lado, acata. El vocero presidencial, Eduardo Amadeo, admitió ayer que Eduardo Duhalde podría vetar las modificaciones a la Ley de Subversión Económica sancionadas por el Congreso. La ley fue derogada, pero en el mismo trámite el Senado dispuso que algunas de las figuras legales incluidas en ella fueran traspasadas al Código Penal. En Washington interpretaron que los legisladores quisieron engañarlos con la maniobra, y que en la práctica los banqueros todavía pueden ser “perseguidos injustamente”, como si este país se caracterizara por andar acorralando a hombres de las finanzas.
“El Presidente está estudiando la posibilidad de algún veto” al texto que votó el Senado junto a la derogación de la Ley de Subversión Económica, reconoció Amadeo. El último viernes, Lavagna había confirmado la existencia de una carta que Duhalde remitió al embajador argentino en Estados Unidos, Diego Guelar, ordenándole que informe al FMI que el Poder Ejecutivo no estaba dispuesto a ningún veto. “Se trata de una negociación, no de una relación de amor”, dijo ese día el ministro de Economía. Con las cosas puestas en esos términos, se podría decir que el Gobierno está por volver a las relaciones carnales, si es que todo lo que hizo hasta el momento para conseguir el viaje de los técnicos del Fondo ya no lo mostraba.
Amadeo sostuvo que “el tema de los vetos está fuera de discusión con el FMI”. “La decisión que tome (Duhalde) estará basada exclusivamente en aspectos jurídicos que serán explicados adecuadamente a la población”, agregó, antes de revelar que “el Presidente cuenta con un informe del ministro de Justicia, Jorge Vanossi, donde hay referencias de tipo jurídico al modo como está escrito el artículo cuarto”. Ese artículo traslada al Código Penal las penas que caben para los casos de negligencia que afecten el normal desenvolvimiento de una empresa y oculten o hagan desaparecer información, y es uno de los que el FMI demanda que se anule.
La charla de ayer entre Lavagna y Krueger fue para discutir sobre los temas en los que aún existen discrepancias y para negociar el carácter de la misión. El ministro tuvo que resignarse a que no viniera la primera línea, pero consiguió que el temario a discutir sea el mismo que hubiera tratado Singh. “Se negociará el programa monetario y la política fiscal. Eso no se podría hacer con un equipo meramente técnico sin poder de decisión”, dijeron en Economía. En cuanto a los vetos mencionados más arriba, el equipo de Lavagna señala que “es un tema que debe resolver el Presidente”, una manera indirecta de admitir que habrá vetos y el tema dejará de ser un problema.
En cambio, en el Palacio de Hacienda aseguran haberle ganado la pulseada al Fondo por el plan de flexibilización del corralito. “Ellos hubieran preferido un Bonex compulsivo, pero aceptaron que ese plan no tenía viabilidad política, ni jurídica, ni social y dejaron de insistir”, afirmaron. En cuanto a las cuentas fiscales de las provincias, “la lectura del Fondo es que los acuerdos que los gobernadores firmaron con la Nación están bien encaminados”. “Las firmas recogidas concentran el 88 por ciento del déficit provincial, y si hay algún problema se puede introducir en la discusión por la política fiscal”, completó el funcionario de Hacienda. Un último tema en carpeta es la ley de inmunidad para las autoridades del Banco Central. Lavagna rechaza el proyecto y habrá que ver si se mantiene firme con Thorton en Buenos Aires.
El Gobierno trajinó para alinear a los gobernadores y al Congreso, y después tuvo que soportar los abruptos cambios de humor de Horst Koehler, director del Fondo, Krueger y Singh, pero ahora empieza a sentir que tiene chances de clasificar a la otra ronda. Llegar al acuerdo es la gran misión que se planteó para su gestión.