En una medida aplaudida por el subsecretario de Tesoro de Estados Unidos, John Taylor, Brasil echó mano a recursos por 10 mil millones de dólares que tenía disponibles en el Fondo Monetario para cubrirse de un ataque especulativo sobre su moneda. El funcionario estadounidense diferenció la situación brasileña de la argentina, ya que mientras en este último caso el problema es “la sustentabilidad de la deuda y el régimen monetario”, destacó que en el caso de Brasil “los equilibrios macroeconómicos son buenos”.
El anuncio conjunto del ministro de Hacienda, Pedro Malan, y del presidente del Banco Central del Brasil, Arminio Fraga, sobre un giro del Fondo Monetario Internacional por 10 mil millones de dólares para reforzar al Tesoro, llevó calma a los mercados. El real logró detener su caída frente al dólar y los títulos de la deuda pública recuperaron parte del valor perdido en las últimas jornadas. Según un informe divulgado en la plaza bursátil, en los primeros diez días del mes de junio se produjo una salida neta del mercado de 312 millones de reales pertenecientes a inversores extranjeros, duplicando la fuga registrada a lo largo de mayo.
Utilizar la línea de crédito del FMI es “una cosa perfectamente razonable”, dijo Taylor, quien destacó que los mercados emergentes estarán presentes en la agenda de la reunión de Halifax (Canadá) del Grupo de los Siete, de hoy y mañana. El G7 recibirá un informe actualizado del director gerente del FMI, Horst Köhler, sobre Argentina y otros mercados.
La fuga de capitales extranjeros del mercado bursátil había alcanzado durante el mes de mayo a 149 millones de reales, el primer saldo negativo del año entre entradas y salidas de inversiones externas. Malan anunció la decisión de reforzar al Tesoro con la acreditación de 10 mil millones de dólares que Brasil tenía disponible en el FMI, buscando así contrarrestar los ataques especulativos contra el real. Por su parte, Arminio Fraga informó que el Tesoro destinará 3500 millones de dólares a la compra de títulos públicos con vencimientos en 2003 y 2004, los más castigados por el mercado –con la caída de su cotización– al considerar de alto riesgo su cobrabilidad, por caer en el período en el cual Luiz Inacio “Lula” Da Silva sería presidente de la Nación.
Tras los anuncios oficiales, el precio del dólar empezó a ceder hasta cerrar a 2,7065 reales por unidad, nueve centavos por debajo del cierre del día anterior. Lula, el candidato mejor posicionado para las elecciones de octubre, se comprometió a honrar todos los compromisos del país y a mantener la estabilidad en caso de acceder a la Presidencia. “No somos niños para jugar con eso”, señaló el candidato del Partido Trabalhista.
La sensación prevaleciente en Washington es que el FMI y los demás organismos internacionales de crédito ampliaron en las últimas horas su ayuda a Brasil, Paraguay y Uruguay con el claro propósito de “encapsular” la crisis argentina. A la par del anuncio oficial sobre la aplicación de los fondos disponibles para reforzar la posición del Tesoro, Brasil recibió ayer la novedad de que el Banco Mundial ya había aprobado tres préstamos por un total de mil millones de dólares para proyectos en las áreas de educación, energía y finanzas. En tanto, se informó que el Banco Mundial y el FMI iniciarán una misión conjunta en Asunción para “revisar” las medidas de emergencia adoptadas por el gobierno de Paraguay para prevenirse del contagio de Argentina. Esta revisión iría de la mano de un respaldo financiero para sustituir los recursos que el gobierno iba a obtener con las privatizaciones, pero que debió derogar frente a la resistencia popular.
El tendido de un cordón sanitario alrededor de la Argentina comenzó con Uruguay a mediados de mayo, cuando el director gerente del FMI, Horst Köhler, anunció la disposición del organismo a proponer un significativo aumento del apoyo financiero para Montevideo y el BID elevó a su directorio ejecutivo dos operaciones por un total de 500 millones de dólares para ese país.