No alcanzó que Mario Blejer se sentara sobre los dólares del Banco Central. A pesar del endurecimiento en las restricciones del BCRA en el mercado cambiario, las reservas cayeron por debajo de los 10.000 millones de dólares. Según los últimos datos oficiales distribuidos ayer, al Central le quedan 9974 millones. Muy lejos del record de 35.609 millones de hace casi dos años, el 19 de julio de 2000. Con menos divisas en su poder, al Central se le hace cada vez más difícil defender el tipo de cambio.
El nivel de reservas del Banco Central se constituyó en un dato clave de la crisis. La imparable fuga de depósitos y los vencimientos de la deuda con los organismos internacionales erosionaron inexorablemente las reservas. En lo que va del año, al Central se le escurrieron 10.137 millones, lo que da una idea sobre la gravedad de la situación. Ahora queda menos que lo perdido en apenas un semestre.
Desde que empezó el año, la Argentina desembolsó 2000 millones de dólares para cumplir con vencimientos contraídos con el Fondo Monetario, el BID y el Banco Mundial. Pero las erogaciones no se terminan ahí. Este mes hay que abonar otros 260 millones y en julio habría que desprenderse de 1845 millones. Con estos datos sobre la mesa, el Gobierno se lanzó a una carrera contrarreloj para llegar a un acuerdo con el FMI que le permita postergar los vencimientos. De otra manera, Blejer y Roberto Lavagna seguirán siendo testigos preferenciales del derrape de las reservas. Justamente, respecto de la caída de 88 millones de dólares entre el martes y miércoles últimos, fuentes del BCRA aseveraron que se debió a “pagos del Gobierno” y no a las intervenciones de la entidad monetaria en el mercado cambiario. Ayer, el BC perdió 19,5 millones por este último concepto.
La otra vía de escape de dólares se relaciona con la salida de depósitos. Por el goteo de los depósitos reprogramados y la fuga del corralito, el mes pasado se fueron unos 3400 millones de pesos de los bancos, un promedio diario de 171 millones. El comienzo de junio parece más tranquilo: salieron a razón de 57 millones por día. Cabe destacar que de los 343 millones que huyeron en las primeras seis jornadas hábiles, 134 millones correspondieron a depósitos reprogramados –a pesar de la Ley Antigoteo–, mientras que los restantes 209 millones se fueron de las cuentas a la vista.
La importancia de la fuga de depósitos radica en que buena parte del dinero que sale de los bancos se destina a la compra de dólares, dando lugar a un círculo en el cual sale perdiendo el Banco Central: la autoridad monetaria emite dinero para asistir a las entidades financieras que deben devolver depósitos y esos fondos sirven para comprar dólares que son abastecidos por el BCRA. Conclusión: el Central se desprende de dólares para esterilizar los pesos que emite el propio organismo.
La asistencia a las entidades financieras ya alcanza a 19.862 millones de pesos. A pesar de la amenaza de Lavagna de restringir el auxilio, en lo que va del mes el Central ya destinó 447 millones a los bancos, según datos oficiales. La política sobre los redescuentos a los bancos es uno de los puntos principales de la pelea entre Blejer y Lavagna. Ayer, desde la Casa Rosada, intentaron enfriar la disputa. Y aunque el vocero Eduardo Amadeo subrayó que “el compromiso de Blejer es quedarse un tiempo, pero luego habrá reemplazo para él”, íntimos del titular del Central dejaron trascender a este diario que el funcionario se quedaría cumpliendo con sus funciones siempre y cuando el Congreso sancione una ley que dé garantías al directorio del BCRA para actuar en la reestructuración del sistema financiero. Al respecto, legisladores del PJ dijeron a Página/12 que podría sancionarse una norma en ese sentido en caso de que esa inmunidad sea por tiempo determinado. La polémica en torno de la Ley de Indemnidad ya provocó cambios en el directorio del BCRA: Felipe Murolo reemplazará aGuillermo Lesniewier como superintendente de Entidades Financieras, un puesto que será clave en la inminente reestructuración bancaria.