La crisis argentina es uno de los temas centrales de la agenda de la reunión de los ministros de Finanzas del Grupo de los Siete que se inició ayer y finaliza hoy en Canadá. En el centro de las preocupaciones estuvo el efecto contagio de la crisis en la región y, en especial, en Brasil. Los ministros del G7, integrado por los siete países más ricos del mundo, también abordaron en el encuentro en Halifax, Canadá, la manera de reducir las deudas de sus vecinos más pobres. Al menos ésta fue la voluntad expresada en las declaraciones oficiales.
Según destacaron diversos analistas, el retroceso de los mercados bursátiles, sobre todo provocado por la crisis de confianza ligada a la multiplicación de los escándalos financieros en Estados Unidos, está comprometiendo la reactivación económica mundial, desalentando el consumo y la inversión de las empresas. Los inversores, escépticos, no respondieron al optimismo oficial sobre la recuperación de la economía mundial, mientras que la divisa estadounidense se encuentra en su nivel más bajo en los últimos 17 meses.
Sobre la cotización del dólar, el ministro de Finanzas de Canadá, John Manley, consideró que “ciertamente, no nos gustaría alentar la volatilidad en los tipos de cambio. Pienso que nos gustaría alentar políticas económicas sanas y permitir que los mercados determinen los tipos”, afirmó.
Temiendo manifestaciones de militantes antiglobalización, las autoridades pusieron en marcha un importante dispositivo de seguridad en torno al centro de convenciones donde se reúnen los ministros. Pero, al menos hasta ahora, el número de manifestantes fue modesto. Las manifestaciones contra los efectos del capitalismo mundial ya se han vuelto un clásico de las reuniones internacionales.
En otro orden, se descuenta que hoy los ministros tratarán cómo podría afectar la situación argentina a Brasil y a otros países de la región.
Manley había adelantado que “el G7 necesita insistir en que Argentina ponga en marcha las reformas que el país requiere y en que sus provincias mejoren su situación fiscal”. Manley también señaló que los ministros podrían discutir los recientes problemas de Brasil en el contexto de la crisis financiera de Argentina, pero el subsecretario del Tesoro de Estados Unidos para asuntos internacionales, John Taylor, insistió en que la situación de ambos países es diferente. “Ha habido muy poco contagio”, aseguró.
La reunión del G7 –Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia– también está destinada a preparar una cumbre de jefes de Estado y de gobierno del G8 –los mismos países más Rusia– que tendrá lugar a fines de junio en el oeste canadiense, en Kananaskis.