ECONOMíA › KIRCHNER RESPONDIO A LA PRESION DEL GOBIERNO FRANCES EN FAVOR DE SUEZ
El Presidente defendió la anulación del contrato con Aguas Argentinas y contestó a las críticas del gobierno de Chirac. “No estoy dispuesto a bajar la vista para que nos visite un presidente o una cancillería se quede tranquila”, enfatizó. El Gobierno descarta indemnizaciones.
Néstor Kirchner se encargó de responder a la fuerte presión política del gobierno francés por la rescisión del contrato de Aguas Argentinas. Lo hizo como más le gusta: durante un acto y sin medias tintas. “Tengo gran respeto por el pueblo francés y por el presidente (Jacques) Chirac, pero que quede claro que no estoy dispuesto a bajar la vista y permitir que se contaminen las aguas que toman los argentinos para que nos visite un presidente o una Cancillería se quede tranquila”, enfatizó. Anteayer, el Ministerio de Relaciones Exteriores de aquel país había salido en defensa del grupo Suez, controlante de la concesionaria, y había reclamado la intervención del tribunal arbitral del Banco Mundial para que ordene una reparación económica a la empresa.
El gobierno francés también dejó trascender que Chirac excluirá a la Argentina de su visita a la región como señal de protesta por la expulsión de Suez. Es la segunda empresa de origen galo que pierde la concesión durante la administración kirchnerista. La anterior había sido Thales Espectrum, operadora del espacio radioeléctrico. La Cancillería francesa evitó ayer hacer comentarios sobre las declaraciones de Kirchner, pero anticipó que hoy dará su opinión durante su habitual conferencia de prensa semanal.
La relación entre ambos gobiernos está marcada por la política argentina hacia las privatizadas. Electricité de France es otra de las que se retiró, en este caso como controlante de Edenor, en rechazo a esa política y a la demora para subir tarifas. La diferencia es que vendió la mayor parte de sus acciones al grupo local Dolphin.
En 2004, Kirchner y Chirac habían logrado pactar una tregua por el conflicto con Suez. En ese momento, el Gobierno firmó un acta-acuerdo con la empresa para renegociar el contrato los meses siguientes. Fue en esa ocasión que Kirchner puso a Aguas Argentinas como ejemplo ante las demás prestadoras de servicios públicos. Sin embargo, no bien arrancó 2005, la tregua se rompió y la pelea se mantuvo irresuelta hasta el martes pasado, cuando se decidió la reestatización del servicio.
El Presidente encabezó ayer en Martínez el acto de presentación del Plan Nacional del Libro y allí dijo no estar “dispuesto a que millones de argentinos sigan sin agua y sin cloacas, como si fueran un bien inalcanzable”. Luego sostuvo que “el agua es un bien público que el Estado debe garantizar que llegue a todos”. Y en su respuesta a la Cancillería francesa, remarcó que “tampoco estamos dispuestos a aceptar cualquier precio o cualquier tarifa como si el agua fuera un bien inalcanzable. Hay empresas, hay espacios de la economía que dan para la rentabilidad, y hay otros que tienen que llegar como un acto de justicia y dignidad a la gente”.
En cuanto a la necesidad de contar con inversiones, Kirchner agregó que “queremos que vengan todos los capitales del mundo, pero también queremos construir una nación y de una vez por todas tener la viabilidad, y no ser fruto de una ecuación económica en la cual siempre somos perdedores los argentinos”.
El gobernador de Santa Fe, Jorge Obeid, se sumó a los cuestionamientos a Suez. En esa provincia también se anuló el contrato y se reestatizó el servicio. El mandatario sostuvo que la disuelta empresa Aguas Provinciales, operada por los franceses, era “ineficiente, insensible, inservible e inútil”.
Uno de los aspectos no resueltos de la caída de la concesión es qué pasará con el ente de control de Aguas Argentinas, el Etoss. El organismo está integrado por representantes del gobierno nacional y de las administraciones de la ciudad y la provincia de Buenos Aires. Su presidente, Carlos Vilas, que representa a la Nación, señaló que “en las próximas semanas” se definirá el destino del ente. “De aquí en adelante hay que estudiar cuál es la reingeniería que deben experimentar los mecanismos de control del servicio”, indicó.Aunque está lejos de ser un técnico en servicios sanitarios, Aníbal Fernández advirtió ayer que la cantidad de nitratos que contiene el agua en diversas zonas del Gran Buenos Aires puso a miles de personas “en situación casi de envenenamiento”. “En cualquier lugar del mundo –explicó– no puede haber más de 45 miligramos de nitratos por litro”, pero en varias localidades del conurbano un estudio determinó que había “63 miligramos por litro en pico domiciliario y casi 145 miligramos en perforaciones”. El ministro del Interior dijo que “lo peor es que había una responsabilidad de inversiones”, pero éstas “no se hicieron, se llevaron 110 millones de dólares de dividendos, tenemos dos millones de conciudadanos sin agua potable y cuatro millones sin cloacas”. “Ya es más que suficiente para decir basta”, concluyó.
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