La medida forma parte del paquete del Gobierno para evitar el aumento de la carne. Organizarán un sistema informativo de precios.
› Por Fernando Krakowiak
Hoy comienza a regir en el Mercado de Liniers la medida que prohíbe las ventas de ganado “al oído” por 60 días. Sólo estarán autorizadas las operaciones que se realicen a través de subasta pública. El Gobierno busca neutralizar de este modo la supuesta manipulación de los precios de la carne que realizan los consignatarios. La última vez que se había prohibido la “venta al oído” fue en junio de 1973, cuando el gobierno de Héctor Cámpora decidió “reimplantar con carácter único el sistema de comercialización en subasta pública, con el fin de armonizar los intereses de los productores, comerciantes y consumidores”. Ahora el Gobierno vuelve a restringir el accionar de los operadores. Sin embargo, Página/12 pudo confirmar que, más allá de los resultados que se obtengan, el objetivo es que Liniers deje de fijar los precios de referencia en el país. Para lograrlo, el presidente Néstor Kirchner le encargó a la Oficina de Control Comercial Agropecuario (Oncca) diseñar un sistema nacional de precios electrónicos que estaría listo en mayo.
La intención es implementar un dispositivo como el que funciona en el mercado de los cerdos. En ese caso lo que se hizo fue, a través de la resolución 144 de marzo de 2005, crear un Sistema Informativo de Precios Porcinos para “contar con información que permita la elaboración de precios de referencia que orienten tanto al productor como a la industria y coadyuven a lograr una mayor transparencia en la comercialización de hacienda”. Cuando se dictó la norma, no existía para los cerdos un mercado concentrador como Liniers. El principal problema era la falta de un precio de referencia.
La Dirección de Ganadería emitía un listado de precios orientativos, pero el mismo era conformado con declaraciones juradas voluntarias que sólo enviaban entre 8 y 10 establecimientos industriales. En los faxes que llegaban a la Dirección apenas figuraban el número de cabezas, la categoría y el precio de las operaciones concretadas.
Una vez creado el nuevo sistema, la Oncca emitió la disposición 1797/2005 explicitando el carácter obligatorio que tendría para todos los matarifes abastecedores, ya que si no cumplían se les podría llegar a quitar la matrícula. El software comenzó incorporando la información paulatinamente. Primero fueron 46 y en la actualidad aportan datos 199 usuarios que concentran cerca del 85 por ciento de la faena.
Todas las semanas, los matarifes y frigoríficos cargan los datos cuando terminan de faenar la tropa de cerdos. Allí se incluye: número de factura, precio pagado, categoría, cantidad de cabezas, productor al que se compró la mercadería y otras especificaciones técnicas. Los jueves se publican los precios por categoría en la página web de la Oncca aclarando incluso el plazo de pago promedio de las operaciones, información que no aportan los administradores del Mercado de Liniers cuando difunden el precio promedio de la carne vacuna. El dato no es menor, pues cuando la compra es financiada, el precio sube.
La implementación del Sistema de Precios Porcinos llevó casi dos años. La discusión al interior del sector sobre las características que tendría demandó más de un año, seis meses tardaron en desarrollar el software y otros dos meses requirieron los testeos. Sin embargo, para el caso de la carne los tiempos serán otros. La experiencia acumulada en el mercado de los cerdos ayuda, pero la urgencia generada por la suba de precios en Liniers ha llevado a los técnicos de la Oncca a trabajar contra reloj. En el Gobierno esperan que en mayo se puedan estar publicando los primeros precios de referencia surgidos del nuevo sistema. A partir de entonces, la trascendencia que en la actualidad tiene el Mercado de Liniers comenzará a decaer.
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