ECONOMíA › SEMANA CLAVE EN LA PELEA POR EL PRECIO DE LA CARNE
La amenaza de un paro nacional agropecuario agitó al Gobierno, que ya empezó a actuar para desactivarlo. Lanzan el Plan Ganadero y buscan una tregua con la cúpula de CRA. Moreno, además, negocia para que no suban otros precios: desde alimentos hasta TV.
La amenaza de un paro nacional agropecuario del sector más duro de la dirigencia ruralista agitó al Gobierno. Ayer se sucedieron los llamados telefónicos y se produjeron reuniones entre ministros y secretarios de Estado para neutralizar la movida lo más rápido posible. Esa voluntad fue más fuerte que los celos y desconfianzas mutuas entre Felisa Miceli y Guillermo Moreno, este último respaldado en Julio De Vido, y todos coincidieron en aunar fuerzas para aislar a “los talibanes del campo”, como los llaman, en momentos en que el plan oficial para bajar el precio de la carne “está funcionando”. Hicieron dos cosas: operaron sobre la cúpula de Confederaciones Rurales (CRA), entidad que tiene a parte de sus bases en estado de rebeldía, y anticiparon que para esta semana habrá importantes novedades sobre el lanzamiento del Plan Nacional Ganadero.
Mayo será un mes intenso en la pelea por la carne. Unos 700 productores afiliados a CRA resolvieron anteayer en una asamblea en Villa Mercedes, San Luis, promover un paro nacional agropecuario y convocar a una marcha para el 25. La consigna de la manifestación será declarar ese día como el de “la muerte de la ganadería”. “Queremos que todas las sociedades rurales y todas las poblaciones hagamos una caravana simbólica para decirle a todo el país que estamos de luto”, exageró ayer uno de los vicepresidentes de CRA, Néstor Roulet.
Los más combativos de esa entidad, reunidos en San Luis, resolvieron empujar una confrontación abierta con el Gobierno. La avanzada incluye contactos con intendentes opositores en sus zonas de influencia para contar con su apoyo y estructura. El anfitrión del encuentro puntano, el presidente de la Sociedad Rural de esa provincia, Guillermo Pagano, explicó que los productores allí congregados decidieron llamar al paro para “explicar a la sociedad cómo es este problema y para llevarlo a las cámaras de Diputados y Senadores”. “Antes de que termine mayo habrá paro”, insistió Roulet, quien explicó que “la modalidad será un paro de tranqueras afuera: no habrá compras ni ventas de ningún producto relacionado con el campo”.
Dos encumbrados funcionarios coincidieron en su evaluación de los hechos ante Página/12. Interpretaron que el endurecimiento de esos dirigentes es una suerte de manotazo de ahogado frente al éxito que estaría mostrando su política para reducir el precio de la carne. Y que el apuro responde a la próxima pérdida de su principal argumento para cosechar apoyos: el bloqueo de las exportaciones de carne. Alberto Fernández ya dijo públicamente que habrá un levantamiento gradual de esa restricción. Cuando ello suceda, lo que quedará en primer plano son los precios de referencia para doce cortes de consumo interno y “el apoyo masivo de los consumidores”, arriesgó uno de los funcionarios.
Además, esta semana el Gobierno pondrá en escena el lanzamiento del Plan Nacional Ganadero. La Secretaría de Agricultura y el Senasa citarán a las cuatro entidades ruralistas con representación nacional –Sociedad Rural, CRA, Coninagro y Federación Agraria– para que aporten ideas a ese programa. El objetivo es aumentar la producción ganadera, con apoyo fiscal y financiero por parte del Estado. Este es el otro gran reclamo de los gremialistas del campo.
Dar respuesta a esa demanda se ajusta a la misión que se dieron en el Ejecutivo: aislar a quienes encabezan la protesta ganadera. Moreno empezó con esa tarea el último miércoles. Eligió juntarse nada menos que con Analía Quiroga y Pedro Apaolaza, vicepresidenta y secretario de Carbap, respectivamente, para negociar una tregua. Quiroga es quien dijo que Kirchner “no tiene materia gris” y Apaolaza fue uno de los promotores del retiro de la firma de CRA del acuerdo con el Ejecutivo en enero pasado. El secretario de Comercio Interior (por ahora, secretario de Coordinación, hasta que salga el decreto cambiando el nombre de su área) les propuso una negociación en términos razonables, basada en las medidas del Plan Nacional Ganadero, y dejar de lado las acciones directas de protesta.La razón de esa propuesta a esos dirigentes es simple: Carbap es la federación más importante de CRA. Esta última entidad está conformada por doce federaciones. Si Carbap rechaza el paro agropecuario que proponen los dirigentes de la Región Tercera, aquellos que anteayer se reunieron en San Luis –provenientes de Córdoba, Santa Fe, Chaco, Formosa, Catamarca, La Rioja, Tucumán y Mendoza–, la medida quedará sin sustento. Carbap tiene un peso determinante. Todavía restan tres asambleas de CRA, una en 9 de Julio (área manejada por Carbap), otra en Colón (Entre Ríos) y la tercera en Chaco, antes de definir el paro. El Gobierno se está moviendo para evitarlo.
Los equipos de Miceli y de Moreno ayer tomaban como una señal positiva el comunicado de CRA del viernes por la noche. Allí se destaca una voluntad de diálogo muy distinta a la posición de ruptura de los dirigentes de la Región Tercera. “Los momentos actuales hacen necesario el intercambio de opiniones constructivas entre todas las partes”, es la frase del comunicado que celebraron los funcionarios. Consideran que su jugada para frenar el paro agropecuario está surtiendo efecto.
El otro motivo de satisfacción de los funcionarios es que “se está consolidando el proceso de precios de referencia”. Según Economía, la carne bajó en supermercados y en la mayoría de las carnicerías, y los principales actores en este negocio están actuando correctamente. En particular, señalaban allí, los matarifes respetan las nuevas reglas de juego.
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