El balance de ahorro energético y exceso de consumo por cliente, dentro del régimen del Programa de Uso Racional de la Energía Eléctrica (PUREE), volvió a arrojar en el último mes medido un saldo negativo de 134 mil mw/hora, equivalentes al 7,6 por ciento del total facturado. Pensado como un sistema para producir un ahorro del consumo eléctrico residencial para liberar oferta en favor de la industria, mediante un sistema de premios y castigos en la tarifa, los resultados demuestran que su objetivo quedó lejos de poder cumplirse.

El Ente Nacional Regulador de la Electricidad mide, mensualmente, la energía eléctrica ahorrada y los consumos en exceso en relación con el objetivo de ahorro del 10 por ciento establecido por la Secretaría de Energía. El ENRE informó que el total facturado por las tres distribuidoras bajo su área de control (Edenor, Edesur y Edelap), en el período del 10 de abril al 9 de mayo, alcanzó a 1.761.301 megawatts/hora. En ese lapso, el ahorro fue de 204.887 mwh y el consumo en exceso de 339.153, con un saldo negativo de 134.266 megavatios/hora. El balance es tomado por cliente, en función del ahorro previsto con respecto al consumo del año anterior. El resultado negativo estaría indicando, en consecuencia, que el régimen de premios y castigos en la tarifa establecidos por el PUREE no ha resultado eficaz para cumplir con la meta planteada.

Los premios al ahorro de consumo de energía eléctrica, que se calculan periódicamente (mes a mes) fueron dispuestos por el programa de uso racional con el fin de bajar el consumo de los usuarios residenciales y redireccionar esa energía hacia la industria. Pero el resultado se alejó de lo esperado, precisamente por la inoperancia del sistema y la escasa respuesta de los consumidores al esquema de estímulo establecido.

“Si el problema era la insuficiente capacidad de oferta, está visto que no se eligió el mejor método, porque no baja el consumo ni estimula la expansión de la capacidad de generación”, sostuvo un especialista a este diario, con pedido de reserva de su nombre. “El problema no es tanto lo cerca o lejos que estemos de un colapso energético o de un apagón que paralice la industria, que a veces se agita como fantasma, sino que la preocupación es a qué costo se produce hoy energía eléctrica, ya que por falta de nuevos generadores se está recurriendo a usinas obsoletas o trabajando en base a combustibles líquidos que también encarecen el costo de producción”, destacó otro experto en generación eléctrica.

El país logró en el primer trimestre del año un record en su generación de energía eléctrica, pero al costo de fuertes subsidios en favor de generadores ineficientes y con insuficiente inversión como para garantizar el abastecimiento a mediano plazo.