El presidente de la Federación de Empresarios de Combustibles, Carlos Calabró, confirmó ayer que 4500 estaciones de servicio independientes, aquellas que no pertenecen a las petroleras, cumplirán hoy un paro de actividades entre las 14 y las 22 horas en reclamo de una mayor rentabilidad para el sector. El empresario aseguró que no se pide un aumento de precios sino alguna medida impositiva o de control de mercado que beneficie a las pymes.

El dirigente aseguró que “lamentablemente se llega a esta situación porque, luego de muchas conversaciones mantenidas con la secretaría de Energía y el ministerio de Planificación, no se ha logrado mejorar la rentabilidad de las empresas familiares del sector, que está postergada desde hace cuatro años”. Luego aclaró que desde las estaciones de servicio “no se pide que se aumente el precio de los combustibles, sino que se recupere la demanda, la cual es un tercio de lo que se vendía en el año 1997”.

A mediados de marzo el Gobierno acordó con los representantes de las estaciones de servicio de gas natural congelar los precios de venta hasta el 31 de diciembre. Eso llevó a los estacioneros a tener que absorber un aumento del 18 por ciento aplicado por las petroleras. A cambio se dispuso que las compras no se hagan directamente con las productoras sino con las distribuidoras. De ese modo se mantuvo el precio regulado, en lugar de ingresar en la etapa de desregulación parcial a partir del 1 de abril, tal como estaba previsto en los decretos dictados por la secretaría de Energía.

Calabró valoró entonces como positiva la decisión oficial, pero ahora aseguró que tras “mantener los precios”, se deben adoptar las medidas necesarias para forzar “la recuperación económica que haga que la mayoría de los usuarios puedan hacer un uso normal de sus automóviles”. El dirigente reconoció que durante el presente año, y respecto al 2005, “hubo aumento en algunos productos, pero esto no alcanza a cubrir el estancamiento que muestra la rentabilidad y a suplir los costos crecientes que tiene el sector en los últimos tres años”.

Luego añadió que sobre el precio final del combustible pesan cinco impuestos, y por ello, el sector expendedor minorista “pidió que sea reducido cualquiera de ellos para mejorar los niveles de rentabilidad”, pero reconoció que “todas estas alternativas han sido descartadas” por el gobierno nacional tras las gestiones encaradas por las empresas.