Los cohetes lanzados por Corea del Norte tuvieron su impacto en las bolsas mundiales. Y también en el precio del petróleo, que cerró en valores record. El BCRA compró 112 millones de dólares.
› Por Claudio Zlotnik
Los siete misiles lanzados por Corea del Norte hicieron temblar a los mercados financieros. Hubo caídas en recintos de los cinco continentes. En Buenos Aires, el índice de acciones líderes MerVal cayó 1,5 por ciento, mientras que los bonos retrocedieron hasta un 2 por ciento. El panorama se complicó con una brusca suba del petróleo, que cerró en el nivel record de 75,20 dólares por barril. Este marco negativo no fue una barrera para que el Banco Central comprara en el mercado 112 millones de dólares, el máximo volumen en diez meses.
Los misiles de Norcorea llevaron tensión a los mercados, pero ése no fue el único motivo que alteró a los operadores. Por la mañana apareció un dato en Wall Street que fue en el sentido contrario al de las últimas jornadas: una prestigiosa consultora privada divulgó un informe en el cual se destacaba que la generación de empleo durante junio llegó al mayor nivel desde 2001. Para los financistas ésta es una mala noticia, ya que un mercado laboral en alza podría conllevar presiones inflacionarias. De todas maneras, en Nueva York aguardan con ansiedad el informe oficial sobre empleo que se dará a conocer mañana.
Después de la última reunión de la Reserva Federal (banca central estadounidense), hace justo una semana, entre los inversores ganó terreno la idea de que el proceso alcista de la tasa de interés estaba llegando a su fin. Ahora, los operadores están ansiosos en confirmar esa insinuación que les dejó Ben Bernanke, titular de la FED, el jueves pasado. Mientras tanto, la posibilidad de que la cuestión del costo del dinero sigue indefinido provocó que ayer la tasa de los bonos del Tesoro estadounidense saltara del 5,14 al 5,24 por ciento anual.
En este marco, el índice Dow Jones bajó 0,7 por ciento y el Nasdaq, el 1,7. En Brasil, la Bolsa de San Pablo perdió 2,7 por ciento con un real que se devaluó a 2,20 unidades por dólar. Entre los títulos públicos, el Discount en dólares cayó 2 por ciento; la versión de ese bono en pesos perdió 0,9 por ciento, mientras que el Par en pesos se contrajo el 0,7. Hubo un dato adicional que jugó en contra de los bonos en pesos indexados: el hecho de que la inflación de junio, del 0,5 por ciento, haya sido inferior a la esperada por los operadores impulsó las ventas de esos papeles.
La agitación, no obstante, no alcanzó al mercado cambiario. El dólar no sólo se mantuvo al margen de las corridas sino que, además, el Banco Central tuvo que comprar el mayor volumen desde el 7 de septiembre del año pasado para evitar una caída en su cotización. Los 112 millones de dólares adquiridos elevaron las reservas hasta los 25.808 millones. Hubo por lo menos tres causas que explicaron la avalancha de billetes verdes:
- Una fue que en los últimos días se notó una suba en el precio de la soja, del orden del 4 por ciento, que incentivó las operaciones con el complejo oleaginoso.
- Otra razón estuvo relacionada con el feriado de anteayer en Estados Unidos, que demoró operaciones cambiarias.
- Una última, la necesidad de varios bancos líderes de obtener pesos. Por eso salieron a vender dólares. La tasa interbancaria rozó el 9 por ciento anual ante la falta de pesos, aparentemente originada en un inconveniente informático.
Más allá de esos motivos, quedan claras dos cosas: que por ahora no existe temblor financiero que haga pensar a los inversores que el dólar puede subir en la Argentina. Y que el Central seguirá aprovechando cada oportunidad que se presente para comprar divisas y engrosar las reservas. A nadie escapa que dentro de un mes el Gobierno debe pagar 3400 millones de dólares por el vencimiento de un cupón de capital más intereses del Boden 2012.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux