La inflación de 4,9 por ciento acumulada en el primer semestre evidenció una baja con relación al mismo período del año anterior y refutó las proyecciones que preveían una aceleración del índice que elabora el Indec. La mayoría de los analistas le atribuyó a los acuerdos de precios sectoriales que impulsó el gobierno la responsabilidad por la baja, la cual no sólo se notó en el valor de los principales bienes de la canasta básica sino también en la “percepción” inflacionaria y en las expectativas futuras que tienen los ciudadanos. Así lo evidencia una encuesta realizada en junio por el Instituto Superior Octubre (ISO-Suthern), la Asociación por los Derechos Sociales del Consumidor y la consultora Hugo Haime. El 42 por ciento de los consultados consideró que los precios “aumentaron poco” en el último mes, el 40 por ciento que “no aumentaron”, el 13 que subieron “bastante” y apenas el 3 por ciento sostuvo que “aumentaron mucho”.

El relevamiento se realizó por primera vez en febrero y desde entonces la desaceleración ha sido continua. Durante ese mes, el 38 por ciento opinó que los precios habían “aumentado bastante”, el 12 “mucho”, el 29 “poco” y el 21 por ciento que habían permanecido sin cambios.

Las expectativas inflacionarias para julio también son auspiciosas ya que apenas el 11 por ciento de los entrevistados espera incrementos de precios. En mayo, los que opinaban igual eran el 31 por ciento y en febrero el 67 por ciento. La muestra comprende 500 personas mayores de 18 años que residen en Capital Federal y Gran Buenos Aires

Cuando se analizan las respuestas por rubro, se puede observar que en todos los casos la percepción de incrementos de precios es menor o igual con relación a la encuesta de mayo y por primera vez, desde que comenzaron las mediciones, los valores obtenidos se ubican en la categoría “aumentó poco” de la escala. La percepción inflacionaria indica que la mayor desaceleración se produjo en esparcimiento (-50 por ciento). Luego le siguieron equipamiento y mantenimiento para el hogar (-40), artículos de limpieza y otros (-32), medicamentos y gastos en salud (-29), bienes de la canasta educativa (-19), indumentaria (-17) y alimentos y bebidas (-4 por ciento). Los porcentajes no indican que haya existido una baja de los precios para los entrevistados sino la diferencia entre lo que declararon en mayo y en junio, que expresa una percepción de menores aumentos con relación al mes anterior y no de baja de precios.