Por segundo día consecutivo, el gobierno chileno golpeó duro contra el argentino. Ayer fue el canciller del país vecino, Alejandro Foxley, quien acusó a la administración Kirchner de mantener “un doble discurso” en materia de integración. La ofensiva chilena está relacionada con la decisión del gobierno argentino de pautar precios diferenciales (más caros) para los automovilistas extranjeros que cargan combustibles en las estaciones de frontera. “No puede haber un doble discurso; de decir que queremos integrarnos, que la integración física es fundamental, que tenemos que tener un libre tránsito de vehículos y de personas, y después poner un impuesto diferenciado para aquel vehículo que tiene una patente de color distinto”, dijo Foxley. El canciller trasandino, no obstante, omitió mencionar que la medida tomada por la Argentina reviste el carácter de optativa para los estacioneros.