Contra los pronósticos más conservadores, la actividad industrial volvió a mostrar un fuerte dinamismo durante junio: registró una expansión del 8,9 por ciento respecto de similar mes de 2005. De acuerdo con el informe del Indec, la mayoría de los sectores está creciendo con fuerza, en especial el automotor, la construcción y los referidos a la producción petrolera. En este marco, la utilización de la capacidad instalada trepó al 71,9 por ciento, el mayor escalón del año. El nivel de empleo en las industrias también mejoró, lo mismo que la situación salarial de los trabajadores. En promedio, los sueldos aumentaron un 27,6 por ciento en el último año (ver aparte).

Las estimaciones de las consultoras privadas daban cuenta de una desaceleración de la actividad fabril. Pero lo cierto es que está sucediendo lo opuesto. El crecimiento del trimestre abril-junio fue el mayor en el último año. En términos desestacionalizados, entre el primer y segundo trimestre, la expansión resultó del 2,7 por ciento.

Durante el mes pasado, todos los sectores fabriles mostraron signo positivo en relación con el mismo período de 2005. La fabricación de vehículos y la construcción son las vedettes, junto con los textiles. La producción de automotores creció 32,6 por ciento, mientras que la elaboración de productos ligados a la construcción (vidrio, cemento, ladrillos) lo hizo en un 31 por ciento.

Consultado por Página/12, el especialista Mariano Lamothe, de la consultora Abeceb, señaló que existen proyectos de inversión en varios sectores. Los más relevantes están en los rubros autos y autopartes. Peugeot y Toyota, por ejemplo, pondrán en marcha nuevos emprendimientos en los próximos meses. También hay planes, de menores montos, en alimentación, donde varias compañías ampliarán sus plantas para incrementar su producción. También es importante lo que ocurre en el rubro “neumáticos”, ya que varias empresas proveedoras de vehículos para el campo inyectarán nuevos fondos a sus líneas de producción. En el caso de los textiles es más complicado enumerar los proyectos ya que, en su mayoría, se tratan de pequeñas y medianas empresas. La conclusión es que existen fuertes inversiones, un fenómeno que está sosteniendo el proceso de crecimiento. Es por ese motivo que los analistas dejaron de mencionar la existencia de cuellos de botella en la industria.

Respecto de la industria alimentaria se da la particularidad de un repunte del 8,6 por ciento en la elaboración de carnes rojas entre mayo y junio, ante la reapertura parcial de las exportaciones. Aunque en relación con el año pasado, se nota una caída del 19,5 por ciento, justamente porque las ventas al exterior no fueron rehabilitadas en su totalidad.

A nivel general, la capacidad instalada se encuentra en el 71,9 por ciento, el mayor nivel desde noviembre de 2005. Hay dos sectores que siguen operando al máximo de sus posibilidades: refinación de petróleo, lo que se explica por el mayor consumo interno de combustibles y el alto nivel de exportaciones, con un barril superando los 75 dólares, y el rubro de los metales básicos.

No obstante, el salto en la utilización durante junio se explicó por los rubros de textiles (87,1 por ciento, el mayor nivel en el último año) y por el de los vehículos. En este último caso, el uso de la capacidad trepó al 54,3 por ciento, el mejor nivel desde la salida de la crisis.

Frente a este marco, los empresarios se mostraron más optimistas que en trimestres anteriores. Para el período julio-septiembre, uno de cada tres estimó que habrá un incremento en la demanda interna, por lo que habría que esperar un mayor empuje de la industria. En relación con las exportaciones, ocho de cada diez se dividieron, en la encuesta del Indec, entre los que creen que las exportaciones se mantendrán y los que estiman que tendrán un aumento.