ECONOMíA › JUGADA AUDAZ DEL GOBIERNO PARA DEBILITAR EL PARO DE PRODUCTORES DE CRA
Unas diez mil cabezas de ganado no se pudieron vender en el Mercado de Liniers por la ausencia de los principales frigoríficos. Ese retiro fue en respuesta a presiones de la Secretaría de Comercio. Productores y consignatarios fueron sorprendidos por esa movida.
› Por Fernando Krakowiak
El Mercado de Liniers vivió ayer una jornada insólita debido a la pulseada generada por el paro agropecuario que comienza hoy. Los productores ingresaron 12.482 cabezas, una cifra alta para los viernes, pero los frigoríficos faltaron a la cita sorpresivamente y casi no hubo ventas. Ahora el ganado quedará en los corrales para ser comercializado el lunes. Por lo tanto, el impacto que podría haber generado en el mercado la huelga de Confederaciones Rurales Argentinas no se va a notar.
La Cámara Argentina de Consignatarios cuestionó a través de un comunicado “la actitud asumida por la casi totalidad de la industria frigorífica, consistente en llevar a cabo un intempestivo e injustificado lockout”. Los rematadores consultados por Página/12 aseguraron que los compradores actuaron de esa forma debido a la presión oficial ejercida por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y el titular de la Onnca, Marcelo Rossi. Sin embargo, fuentes del sector frigorífico señalaron a este diario que la medida no fue producto de la “sugerencia oficial”. “Lo único que hicimos fue defendernos, porque si los ganaderos siguen con esta postura se van a volver a cerrar las exportaciones”, aseguraron.
Los frigoríficos tomaron la decisión del lockout el jueves, en una reunión habitual que suelen tener los principales referentes, y así dejaron planteada la fuerte división que existe con el campo. Ambos sectores se vieron perjudicados por el cierre de las exportaciones, pero ahora las realidades que atraviesan son diferentes. La cotización promedio del ganado en Liniers llegó a caer casi 30 por ciento, acotando el margen de los productores, pero en las carnicerías los precios sólo bajaron 5 por ciento. La diferencia fue absorbida por la industria, que además se benefició con subsidios millonarios para compensar el cierre del mercado externo, incentivo que aún perciben pese a la flexibilización de la medida.
Ninguna de las principales industrias que comercializan carne en el mercado interno compró hacienda ayer en Liniers. Las ausencias más notables fueron las del supermercado Coto y las de los matarifes que trabajan para los frigoríficos Penta, Nueva Escocia, Cotrafriya (ex Yaguané), Las Heras, Ganadera San Roque. De las 12.482 cabezas que ingresaron, sólo se vendieron 1997 (16 por ciento).
“Nunca antes se había visto algo así”, señaló un conocido consignatario a Página/12. Los únicos que compraron hacienda fueron los frigoríficos chicos y algunos exportadores que suelen adquirir vacas destinadas a conserva para vender a Rusia o Medio Oriente, como Finexcor (Cargill) o Rioplatense (Rodolfo Constantini). Sin embargo, esas empresas también redujeron sus compras. “Se ve que no les habían avisado, pero cuando se dieron cuenta de lo que pasaba prefirieron dejar de comprar”, señaló la fuente.
El ganado sobrante deberá permanecer en el predio hasta el lunes para ser comercializado ese día. Así la disminución de envíos a Liniers que va a provocar el paro iniciado hoy por CRA no se va a notar. Roberto Arancedo, presidente del Mercado de Liniers, aseguró que en las instalaciones “existe la cantidad de alimento necesaria para que los animales lleguen bárbaros al remate del lunes”. Sin embargo, la jugada de los frigoríficos le generará problemas a los consignatarios, porque deberán absorber los costos extra que implica mantener el ganado en los corrales.
Fuentes de Liniers señalaron a Página/12 que los animales comen entre 5 y 10 kilos de pasto por día y el kilo de pasto cuesta 1 peso. Por lo tanto, el costo de alimentación para los tres días que deberán permanecer en los corrales las 10 mil cabezas no vendidas oscila entre 150 mil y 300 mil pesos. A lo que se le debe sumar el costo extra que supone el refuerzo de personal para cuidar las vacas y las posibles muertes que puedan ocurrir. Además, si los animales pierden peso se venderán a un valor menor al que se podría haber obtenido el lunes, lo que perjudicará a los productores. Los productores que apoyan la medida de fuerza estaban indignados con lo ocurrido en Liniers. “Nuestra protesta estaba dentro de un marco de legalidad y no iba a poner en riesgo el abastecimiento, pero el Gobierno duplicó la apuesta y generó más problemas.” Hoy, todas las miradas se posarán en Jesús María, donde a las 2 de la tarde los dirigentes de CRA se reunirán para respaldar la huelga. Anoche adelantaron su posición a través de un comunicado donde afirmaron que “este hecho no recuerda antecedentes y sienta un precedente de cuestionable legalidad” que atenta contra “la buena fe de los productores que enviaron sus animales al mercado”.
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