“La Argentina va a crecer mucho este año; no voy a decir cuánto, pero en cualquier momento los chinos van a decir que crecen a tasas argentinas”, aseguró ayer con ironía el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en un seminario organizado por el Consejo de las Américas, donde también participaron la ministra de Economía, Felisa Miceli; su par de la cartera de Planificación, Julio De Vido, y el presidente del Banco Central, Martín Redrado. Todos se dedicaron a defender la política económica actual, exaltando los logros de los últimos años y prometiendo prosperidad para el futuro, justo un día después de que el Fondo Monetario Internacional reanudara sus críticas contra el Gobierno.

Fernández abrió el seminario criticando duramente al FMI, que el miércoles difundió las conclusiones de la revisión que hizo de la situación económica argentina entre el 29 de mayo y el 9 de junio, cuando una misión del organismo visitó el país por última vez. En su informe, el Fondo cuestionó los controles de precios que lleva adelante Kirchner y recomendó flexibilizar el tipo de cambio y recortar el gasto público, lo que motivó la ira del jefe de Gabinete. “Me parece asombroso el nivel de obcecación del FMI, que sigue planteando cosas como las que planteaba cuando la Argentina no tenía red”, aseguró Fernández. Luego defendió los acuerdos de precios al señalar que “el Estado dejó de ser espectador. Ahora pone reglas y las hace cumplir”.

También intentó llevar tranquilidad a los inversores al afirmar que el Gobierno “nunca discriminó al capital extranjero” y que está “enamorando” a los inversores externos mediante el establecimiento de reglas que tornen “más estable y previsible” a la Argentina.

“Con el presidente Néstor Kirchner, el país empezó a transitar el camino de la racionalidad política; se abandonó esa cultura de los ’80, que decía que un poquito de déficit fiscal y un poquito de inflación estaban bien, y también la de los ’90, la de la falta de reglas o la de la ausencia del Estado para hacerlas cumplir.”

Felisa Miceli empezó su intervención destacando el hecho de estar atravesando “sin sobresaltos” el cuarto año de crecimiento consecutivo del producto. “¿Se acuerdan del veranito y del rebote?”, remarcó con ironía, para afirmar enseguida que la perspectiva de crecimiento “es por muchos años”. Luego se dedicó a puntear los principales logros del Gobierno, exaltando los superávit fiscal y comercial, la recomposición de las reservas, el aumento de la inversión, la política de ingresos y de precios.

“La buena performance de la cuenta corriente sumada al resultado positivo de la cuenta financiera del sector privado no financiero permitió mantener el ritmo de acumulación de reservas, que ya superan los 27 mil millones de dólares”, aseguró la ministra. Al defender los acuerdos de precios destacó que “contra los pronósticos de muchos analistas en los primeros seis meses del año acumulamos un 5,5 por ciento de aumento del IPC frente a un 7,2 en la primera mitad de 2005”, aunque calificó como “más trascendente” que la canasta básica alimentaria haya subido 1,4 contra 6,8 por ciento del primer semestre del año pasado. La ministra disfruta difundiendo esos números, ya que le permiten diferenciarse de su antecesor y flamante opositor, Roberto Lavagna, para quien la inflación se había vuelto una ecuación difícil de resolver.

Julio De Vido prefirió destacar que desde que asumió al frente de la cartera se invirtieron 60 mil millones de pesos en obra pública, de los cuales 17.500 estuvieron destinados al Plan Energético Nacional. El ministro resaltó las inversiones en materia energética para intentar despejar el horizonte, que se había oscurecido hace algunos días cuando se conoció el record de consumo eléctrico que podría poner en jaque al sistema en caso de mantenerse la tendencia. “Las inversiones en el sector eléctrico permitirán incorporar al parque de generación más de 3600 megavatios, como así 4750 kilómetros de red de alta tensión”, puntualizó. Señaló, por otra parte, que sobre un total de 64 contratos de concesión de servicios públicos renegociados ya se resolvieron 42, mientras que la gestión sobre otros 12 registra un importante avance.