Después de la pelea que mantuvieron en los tribunales internacionales, el Gobierno y la empresa Monsanto coincidieron en que, de ahora en más, debe privilegiarse el diálogo entre las partes. Hace un par de semanas, la Comisión Europea dictaminó a favor de la Argentina en el caso de la soja genéticamente modificada. Monsanto había planteado que debía prohibirse el ingreso de barcos argentinos con harina de soja a Europa. Pero ese reclamo no prosperó. Ahora, el secretario de Agricultura, Miguel Campos, fue conciliador: dijo que, con su decisión, “la Unión Europea abrió un puente, la idea no es pelear, es dialogar, para que en la Argentina haya un esquema de producción de semilla continua, de innovación continua”. Desde la compañía se envió un mensaje similar. Pablo Vaquero, vicepresidente de Monsanto, destacó que “más allá de las discusiones, lo importante es el diálogo y poner sentido común para privilegiar las necesidades de la población”. El funcionario y el directivo coincidieron ayer en un panel de un programa destinado a elevar el consumo de hortalizas en el país. Según los cálculos que hacen en Economía, si la presentación de Monsanto hubiese prosperado, el comercio de granos hubiese sufrido una retracción de unos 3600 millones de dólares anuales.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux