ECONOMíA › EL 22 POR CIENTO TIENE TRABAJO PERO ES POBRE
Un estudio revela que más de tres millones de empleados no logran acceder a una canasta familiar de bienes y servicios con sus ingresos. Empleos parciales y mal pagos en diversos rubros.
› Por Fernando Krakowiak
Desde mediados de los ’90, el incremento de la pobreza ha sido percibido como una consecuencia directa de la suba del desempleo. Sin embargo, a medida que el índice de desocupación comenzó a bajar quedó demostrado que poseer un empleo no es condición suficiente para salir de la pobreza. Un informe reciente elaborado por la Sociedad de Estudios Laborales (SEL) detalla que en el segundo semestre del año pasado, más de 22 por ciento de los ocupados pertenecía a un hogar pobre, sin contar a los beneficiarios de los planes sociales. Son más de tres millones de empleados con ingresos que no les permiten acceder a una canasta básica de bienes y servicios. A continuación se detalla cuáles son las ocupaciones de los trabajadores pobres.
El ranking es liderado por los empleos donde la informalidad tiene una incidencia superior al 70 por ciento. En primer lugar se ubican los trabajadores domésticos, en su gran mayoría mujeres, quienes representan el 12 por ciento de los ocupados pobres. Luego siguen vendedores ambulantes (7,7), albañiles (5,8), operarios no especializados de la industria (4,6) y ayudantes de la construcción (4,3 por ciento).
Esto se produce porque, desde la devaluación, la recomposición de los ingresos de los trabajadores “en negro” ha sido mucho más lenta que la de sus pares del mercado formal. El Indice de Salarios elaborado por el Indec muestra que desde el período octubre-diciembre de 2001, el sector privado registrado incrementó su ingreso 107 por ciento, mientras que el no registrado sólo logró un 45 por ciento, situación que llevó a una ampliación de la brecha existente antes de la devaluación.
No obstante, el informe de SEL, consultora dirigida por el economista Ernesto Kritz, destaca que una proporción no despreciable de los asalariados pobres es formal e incluso con buen nivel de calificación. Tal es el caso, por ejemplo, de ciertos operarios especializados de la industria, los docentes y los enfermeros.
Los obreros calificados de la industria manufacturera aportan un 4,4 por ciento al total de ocupados pobres, casi el mismo porcentaje que los no calificados mencionados más arriba. Mientras que las ocupaciones vinculadas con la salud, la educación y otros servicios comunales y sociales representan un 5,9 por ciento de los ocupados pobres. Este rubro incluye no sólo a enfermeros y docentes (2,4), sino también a los empleados administrativos que suelen desempeñarse en escuelas y hospitales (2,3). Mientras que en servicios comunales y sociales, contempla a las personas que se dedican al mantenimiento de espacios públicos (1,2 por ciento).
En la mayoría de los casos, estos empleados son pobres porque trabajan menos de las 35 horas semanales que implica una jornada completa (entre los operarios registrados de la industria, por ejemplo, la mitad está en esta situación), pero por lo general lo que les impide llegar a adquirir la canasta básica de bienes y servicios son los bajos salarios. En este último caso, que puede incluir hasta un 20 por ciento de los trabajadores pobres, es probable que la elevación del salario mínimo y el aumento de los salarios básicos de convenio acordados en el primer trimestre de este año haya servido para mejorar su situación, pues el informe de SEL contempla la evolución de los ingresos hasta fines del año pasado. No obstante, el mantenimiento de niveles de pobreza superiores al promedio de la década del 90, en un contexto de menor desempleo, revela que estos instrumentos no están siendo suficientes para resolver el problema.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux