La posición común que están consensuando Argentina y Brasil para presentar en la Asamblea Anual del FMI, el proyecto para eliminar el dólar como moneda de intercambio comercial entre ambos países y el fondo compensador que están diseñando para ayudar a los socios pequeños del Mercosur evidencia el alto nivel de coincidencia que tienen actualmente los equipos de Néstor Kirchner y Luiz Inácio Lula Da Silva. Sin embargo, los desequilibrios comerciales existentes en algunos sectores amenazan con volver a generar un escenario de conflicto entre los principales socios de la región durante las próximas semanas.

En los últimos años, Argentina logró frenar las importaciones brasileñas que afectaban algunos sectores sensibles de la industria local como calzados, textiles y línea blanca. Además, en febrero ambos países firmaron una cláusula de adaptación competitiva que prevé la aplicación de salvaguardias cuando las exportaciones brasileñas pongan en riesgo algún sector productivo nacional, o viceversa. Sin embargo, a fines de la semana pasada el secretario ejecutivo del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil, Ivan Ramalho, aseguró que “no serán renovados, por ahora, los acuerdos restrictivos sobre calzados y línea blanca”, pues “la contribución del gobierno brasileño para el desarrollo de la industria argentina ya fue dada”.

El cupo de 13 millones de pares anuales fijado para las importaciones de calzado proveniente de Brasil venció el pasado 30 de junio y su renovación es dudosa. Un futuro similar le espera al cupo de cocinas, heladeras, lavarropas y textiles que permitió que resurgiera la producción local. Los acuerdos se volverán a discutir en septiembre, un mes antes de las elecciones presidenciales en Brasil. Ese dato no es menor porque los efectos de la campaña electoral podrían condicionar las negociaciones en perjuicio de Argentina. En los primeros siete meses del año, el déficit comercial acumulado con Brasil llegó a 2183 millones de dólares, 14,3 por ciento más que en el mismo período del año anterior. Si los acuerdos fracasan, la situación podría empeorar más aún.