Los salarios aumentaron 1,9 por ciento en julio y acumulan un incremento de 10,2 puntos en siete meses, superando holgadamente el índice de inflación, que sumó 0,6 y 5,5 por ciento en esos mismos períodos. Según los datos difundidos ayer por el Indec, los trabajadores registrados lideraron la suba mensual con un 2,4 por ciento y llevan 12 por ciento en el año, más del doble que la variación de los precios minoristas. Detrás quedaron los empleados públicos, con un 2 por ciento, aunque sólo suman 4,9 en siete meses y continúan siendo el sector más perjudicado en relación con el IPC. La remuneración de los trabajadores en negro, en cambio, registró una caída de 0,1 por ciento, que puso freno a la rápida recuperación lograda en los meses anteriores, la cual aún le permite acumular una suba de 11 por ciento entre diciembre y julio.

La política de acuerdos de precios posibilitó en los últimos meses que los incrementos salariales equivalieran a mejoras en el poder adquisitivo de los trabajadores. Entre enero y marzo los salarios habían aumentado por debajo del IPC. Sin embargo, desde abril crecieron siempre por encima de la inflación, a medida que este indicador se fue desacelerando.

Si se comparan los salarios con la evolución de la Canasta Básica Total, que fija la línea de la pobreza, el resultado es aún mejor, ,porque los acuerdos de precios se focalizaron en los alimentos, logrando en esos casos que la variación de precios haya permanecido por debajo del promedio del IPC, con un 3,3 por ciento entre diciembre y julio. En el mismo período del año pasado, por ejemplo, los salarios subieron 12,3 por ciento, poco más que en esta ocasión, pero la Canasta Básica Total se había incrementado un 6,4 por ciento, casi el doble que en el mismo período de este año.

La situación es diferente cuando se analiza la evolución salarial desde la devaluación. Los únicos que le ganaron a la inflación en ese período son los trabajadores registrados, que acumulan un incremento de 112 por ciento, frente a un IPC de 83,8 por ciento. Los empleados “en negro”, en cambio, apenas vieron incrementar su ingreso un 45,2 por ciento. El caso de los estatales es peor aún, ya que pese a haber obtenido un incremento escalonado en sus remuneraciones del 19 por ciento, sólo aumentaron su salario un 31,1 por ciento.

El Indec también dio a conocer ayer los resultados de la encuesta trimestral sobre demanda laboral insatisfecha. De la información relevada surge que el 41,2 por ciento de las empresas encuestadas realizaron búsquedas de personal. Los sectores con mayores porcentajes de búsquedas fueron el grupo de industrias de la madera, incluido muebles, con el 76,9 por ciento; fabricación de productos textiles, con 61,9, y comercio al por menor, con 56,9 por ciento.

El 13,8 por ciento de las empresas que realizó búsquedas no logró cubrir alguno de los puestos requeridos. Los grupos con mayor porcentaje de demanda laboral insatisfecha fueron “curtido y fabricación de artículos de cuero” y “servicios de hotelería y restaurantes”, con 40 por ciento en ambos casos, seguidos por producción y procesamiento de carne, pescado y frutas, con 37,5.

Con respecto a la calificación solicitada, en el 24,3 por ciento de los casos se requiere calificación profesional (título universitario o superior), en el 31,2 por ciento calificación técnica (título secundario o terciario) y en el 44,5 por ciento calificación operativa (sin requisitos de educación formal).