La empresa alemana Siemens ganó la licitación para la construcción de dos centrales térmicas, una en Campana y otra en el departamento santafesino de San Lorenzo, convocada por el Ministerio de Planificación. Una vez emplazadas, ambas usinas aportarán al sistema una potencia adicional de 1600 megavatios, aproximadamente un 8,5 por ciento por sobre la potencia instalada total actual. Las centrales, de acuerdo con el cronograma oficial, deberían estar en servicio hacia mediados de 2008. Es decir que sería una solución en el mediano plazo pero todavía deja en falencia al sistema en el corto.

El costo de construcción de la central de Timbúes (Santa Fe) será de 548 millones de dólares por la obra en sí más 21,5 millones por adicionales, mientras que la generadora bonaerense se adjudicó a un costo de 511 millones más 16,5 millones de dólares por adicionales. Es decir, el costo total excedió en casi 100 millones de dólares la estimación inicial de 1000 millones.

Las dos centrales térmicas son financiadas a través del Fondo de Inversión del Mercado Eléctrico Mayorista (Foninvemem), que se conformó con los activos (créditos) de las empresas generadoras del sistema por saldos impagos del gobierno al mercado mayorista. Estos créditos fueron convertidos en aportes a la inversión en nuevas centrales eléctricas. De tal modo, las generadoras acreedoras se convertirán en accionistas de estas dos nuevas centrales. La francesa Total será la accionista principal de Termoeléctrica San Martín (Timbúes) y Endesa cumplirá igual rol en la Termoeléctrica Manuel Belgrano (Campana).

Las dos centrales de ciclo combinado (a gas y gasoil) están contempladas en el Plan Energético del Gobierno, aportarán un total de 1600 megavatios de potencia al Sistema Argentino de Interconexión (SADI), en forma progresiva, y su construcción se iniciará antes de fin de año. Por estas dos centrales compitieron además en la licitación la compañía japonesa Mitsubishi y la francesa Alstom.

Los Directorios que estarán a cargo de las dos centrales evaluaron en las últimas semanas las respectivas ofertas en sus aspectos técnicos y económico-financieros. Sobre esa base, Planificación adjudicó las obras, previendo para el 19 de este mes la firma de los respectivos contratos de provisión y montaje de los Ciclos Combinados en la modalidad “llave en mano”.

La central de Timbúes será emplazada a orillas del río Coronda, y se vinculará al SADI en la red de 500 kV a través de una nueva estación transformadora a construirse simultáneamente con la central. Las dos centrales funcionarán con gas natural como combustible primario y gas oil como combustible de respaldo. La alimentación de Timbúes (San Martín) con gas natural se realizará por medio de un gasoducto de alta presión que estará vinculado al gasoducto troncal TGN, que une San Jerónimo Sur con la ciudad de Santa Fe. Se prevé que Timbúes entrará en servicio como Ciclo Abierto (550 Mw) en el primer semestre de 2008, y en Ciclo Combinado (a plena potencia) en abril de 2009.

Por su parte, la Central Manuel Belgrano será emplazada en la zona industrial de Campana, entregará energía al SADI a través de la red de 500 kV, e ingresará a servicio en la modalidad de Ciclo Abierto (o simple) en el primer cuatrimestre de 2008. Como usina generadora en Ciclo Combinado completo operará a principios de 2009.

La ausencia de inauguración de nuevas plantas generadoras en los últimos cinco años, coincidente con la suba constante de la demanda, colocó en zona de riesgo al sistema eléctrico. Desde entonces, la capacidad instalada disponible quedó estancada en 18 mil megawats. Los últimos picos de consumo, producidos durante el invierno, se acercaron peligrosamente a ese límite (17.395 Mw), lo cual aumentó la urgencia por encontrar respuestas desde la oferta. Los intentos por restringir la demanda, por ahora, no arrojaron mayores resultados. El último intento en tal sentido fue la disposición que obliga a los grandes usuarios industriales a suministrarse su propia energía en caso de superar el nivel de demanda del año anterior. La vigencia de esta norma, a partir de noviembre, busca prevenir que el sistema colapse con el nuevo pico de consumo que se calcula que se producirá en pleno verano, entre mediados de diciembre y los primeros días de enero.