La ministra de Economía, Felisa Miceli, confirmó ayer que a fin de año se tendrá listo un cronograma para eliminar al dólar como moneda de intercambio comercial con Brasil. El anuncio lo formuló luego de recibir a su colega brasileño de Desarrollo y Comercio Exterior, Luiz Furlán.

Tal como preveían en Economía, el funcionario de Lula también aprovechó la oportunidad para solicitar la eliminación de los acuerdos sectoriales entre privados que impulsó Argentina para limitar las importaciones brasileñas en sectores sensibles como calzado y línea blanca. Sin embargo, Miceli ratificó que no “no va a haber modificaciones”. Durante el encuentro, el secretario de Industria, Miguel Peirano, le retrucó a Furlán que los acuerdos no son una concesión que otorga Brasil sino la mejor alternativa para evitar que se tomen medidas unilaterales antidumping o antisubsidios. El tema se trató además en la Comisión de Monitoreo Bilateral, que hoy volverá a reunirse.

La decisión de eliminar el dólar del comercio bilateral se había anunciado el 1º de septiembre en Río de Janeiro para reducir costos y burocracia. Los ministros aprovecharon el encuentro de ayer para analizar los avances que vienen llevando adelante los bancos centrales de ambos países y confirmar que en la Reunión de presidentes del Mercosur que se llevará adelante el 15 de diciembre se tendrá listo un cronograma definitivo. Furlán especuló ayer con la posibilidad de que el reemplazo de la divisa se concrete “a mediados del año próximo”. La decisión es considerada como un primer paso necesario antes de avanzar en la adopción de una moneda común para el Mercosur. El mecanismo establece que todo el flujo de comercio bilateral sea realizado, inicialmente, en pesos argentinos y reales.

Miceli calificó el encuentro de “muy positivo” y aseguró que también “trabajamos en cómo incentivar el comercio del Mercosur y armar mayores posiciones comunes para salir a vender los productos al mundo en forma conjunta”. Las diferencias surgieron cuando Furlán reclamó la eliminación de los acuerdos entre privados que limitan las importaciones brasileñas, pero la ministra se negó a negociar modificaciones en el futuro. Además, Miceli y el secretario de Agricultura, Miguel Campos, le pidieron celeridad a Brasil para resolver la liberación de las 30 mil toneladas de harina que permanecen incautadas en el puerto brasileño de Santos. En agosto, el socio mayor del Mercosur comenzó a retener containers de harina premezcla para extraer muestras y analizarlas argumentando que la diferencia en las retenciones aplicadas a la harina y las premezclas en Argentina (20 y 5 por ciento, respectivamente) habían llevado a los empresarios a agregarle sal a la harina para exportarla como premezclas pagando menos impuestos. El viernes Miceli unificó las retenciones de ambos productos en 10 por ciento y ayer Furlán le respondió que tendrá “la mayor consideración para resolver el tema”.

Los desequilibrios comerciales también se analizaron por la mañana en la reunión de la Comisión de Monitoreo Bilateral. Allí se trató la situación del sector de línea blanca, y si bien Furlán se manifestó a favor de no renovar el acuerdo, coincidió con los funcionarios argentinos en la necesidad de esperar los resultados del encuentro que van a mantener los privados de ambos países a fines de octubre antes de volver a tratar el tema. Hoy se analizará la situación del calzado, pero no se esperan sobresaltos, pues los privados llegaron a un acuerdo a mitad de año para renovar por un año más el cupo existente para la importación brasileña. Se mantuvo la restricción de los 13,5 millones de pares más un ajuste que toma en cuenta la variación del producto. Lo que resta definir es la distribución del cupo de importación a lo largo del período.