ECONOMíA › CONTRAOFERTA Y CRITICAS A LA VENTA DE LA COOPERATIVA LACTEA
Hubo una oferta en firme y un anuncio: la mayoría de las acciones de la tradicional empresa pasan a una firma extranjera con Soros como socio. Tres argentinos, Eurnekian, Sigman y Eskenazi, pelean la compra porque confían que pueden mejorarla. Si los dejan.
› Por Marcelo Zlotogwiazda
La anunciada venta de SanCor a una empresa que tiene a George Soros como uno de sus socios principales no es una historia terminada. El trío conformado por Enrique Eskenazi, Hugo Sigman y Eduardo Eurnekian está decidido a librar batalla, confiado en que están en condiciones de superar la propuesta de sus competidores y convencidos de que pueden resquebrajar el frente interno de la cooperativa láctea. La contraofensiva que este segundo grupo lanzó días atrás cuenta con vía libre desde las más altas autoridades del gobierno nacional y con aliados dentro de SanCor.
Asfixiada por fuertes pérdidas y una deuda que supera largamente los 150 millones de dólares, la asamblea de la cooperativa SanCor mandató al consejo de administración para buscar un socio que aportara capital, tarea que le fue encomendada a la firma Capital Markets. El pasado 10 de noviembre se informó públicamente la firma de una carta de intención con Adecoagro, una sociedad que integra el financista húngaro-estadounidense George Soros, la firma Halderman Farm Management Services, el fondo HBK y capitalistas locales en porcentajes minoritarios. La oferta elegida consiste en un aporte de 50 millones de dólares para capital de trabajo, más otros 70 millones más para refinanciar pasivos, a cambio de tomar el control del 62,5 por ciento de la nueva sociedad. Es decir, dejando a SanCor con el 37,5 por ciento.
Ante numerosas voces que se levantaron de inmediato para criticar la extranjerización de la cooperativa, desde la conducción de SanCor deslizaron que no hubo empresas nacionales interesadas en el negocio, y en una segunda reacción dieron a entender que las propuestas que hubo no se habían presentado en tiempo y forma. Recién el viernes pasado, luego de que Enrique Eskenazi desmintiera lo anterior, SanCor reconoció a través de un comunicado que “la propuesta de Adecoagro supera a las otras recibidas”.
El banquero y constructor Eskenazi, cabeza del grupo Petersen, afirmó el miércoles en Santa Fe que “nuestra oferta es muy parecida a la del grupo Soros”. Según pudo precisar Página/12, la propuesta que lleva las firmas de Eskenazi y de Eduardo Eurnekian consta de un aporte de 60 millones de dólares para capital de trabajo (10 millones más que la otra), el compromiso de refinanciación de la deuda de SanCor en base a alternativas que no detalla y una participación de la cooperativa en la nueva sociedad con un porcentaje “mínimo del 25 por ciento”, con la opción para SanCor de recomprar a un precio a convenir hasta alcanzar una participación accionaria que no supere el 49 por ciento.
La conducción de SanCor sostiene que la propuesta de Adecoagro resultó preferida por la valoración que se hizo de su “alcance global”, que contempla, entre otras cosas, “la utilización a pleno de la capacidad instalada y el mantenimiento y crecimiento del empleo”. Pero una fuente de la conducción que preside Oscar Carreras explicó a este diario que un ítem clave resultó que el 37,5 por ciento que conserva SanCor en la asociación con Adecoagro supera al 25 por ciento que propone el grupo Eskenazi-Sigman-Eurnekian. Cuando se le preguntó por qué comparaba 37,5 con 25, siendo que la otra oferta menciona un mínimo de 25 por ciento y la opción de recomprar hasta 49, la fuente dijo desconocer esos datos.
“Lo inconcebible y sospechoso es que, dada la manera en que presentamos la oferta, Capital Partners no nos haya ni siquiera convocado a negociar a ver qué estamos dispuestos a ofrecer. Me llama mucho la atención, porque si nos hubiesen citado se habría armado una pulseada y seguramente de eso hubiera surgido un mejor resultado para SanCor”, se quejó Hugo Sigman ante una consulta de este diario. Sigman no firmó la presentación junto con Eskenazi y Eurnekian porque decidió sumarse al grupo oferente más tarde con un porcentaje similar al de Eskenazi. Sigman es un jugador fuerte en el negocio farmacéutico local e internacional, empresario editorial y cinematográfico (la producción más reciente es Crónica de una fuga, de Adrián Caetano), y con inversiones agropecuarias y forestales.
–¿Están dispuestos a mejorar la oferta de Adecoagro?
–Nuestra propuesta es muy buena y estamos dispuestos a hacer todo lo razonable para convertirnos en socios de SanCor, afirma.
La decisión de salir a dar pelea fue tomada luego de comprobar que el Gobierno no tiene preferencia por Adecoagro. Las dudas surgieron a raíz de los contactos que Julio De Vido hizo con el hijo de George Soros en Estados Unidos. Fue durante la visita de una comitiva presidencial a Estados Unidos en septiembre pasado, durante la cual el ministro de Planificación anunció inversiones de Adecoagro en una planta de bioetanol en Venado Tuerto. La averiguación corrió por cuenta de Enrique Eskenazi, uno de los empresarios de mayor llegada al presidente Kirchner a partir de su presencia en Santa Cruz como dueño del banco provincial, a lo que luego sumó la propiedad de los bancos San Juan, Entre Ríos y Santa Fe. “Si creen que pueden ganar, vayan para adelante”, escuchó Eskenazi en un despacho clave de la Casa Rosada.
La pelea en la que se metieron no es nada sencilla. Antes que nada porque comenzaron en desventaja, ya que su contrincante firmó una carta de intención con SanCor y ya está realizando lo que se conoce como due dilligence, el proceso de auditoría de la situación de la empresa láctea. Una de las apuestas es convencer a la mayoría de los delegados a la asamblea que al final debe aprobar el acuerdo definitivo de la inconveniencia de asociarse en minoría con un grupo extranjero que además está constituido por fondos de inversión. “Para SanCor y para el país es mejor que el socio sea un grupo de empresas nacionales que un fondo de inversión, que por esencia no tiene visión de largo plazo sino el objetivo de revender un activo luego de valorizarlo”, argumenta Sigman.
La pelea también es difícil por la envergadura del rival. Desde su nacimiento hace cuatro años con la compra del negocio agropecuario de Pérez Companc, hasta la más reciente compra de Pilagá al tradicional grupo terrateniente Bracht, Adecoagro ha sumado más de 200.000 hectáreas en la Argentina, que sumadas a las de Brasil y Uruguay totalizan cerca de 350.000, dedicadas a la actividad lechera, arrocera, cafetera, azucarera y a la bioenergía. Es verdad que entre sus socios figura con una parte importante un fondo de inversión de George Soros, y otro denominado HBK, pero también es cierto que Halderman Farm Management Services es una tradicional compañía de administración de negocios y propiedades agropecuarias con sede central en Wabash, una ciudad ubicada en el estado de Indiana, que fue la primera en el mundo con instalación de luz eléctrica. Fundada en 1930, pocos años antes que SanCor, en septiembre de 2002 se “embarcó en una nueva aventura en agricultura, realizando la primera operación en Sudamérica”, según relatan en su sitio oficial de Internet. Entre otros atractivos, vinieron por los “muy bajos impuestos a la tierra” y por los precios extraordinariamente devaluados por la peor crisis económica de la historia. Hasta ahora la “aventura” fue muy redituable y pretenden repetir con SanCor, si es que el trío Eskenazi-Sigman-Eurnekian no se sale con la suya.
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