Una inspección del Ministerio de Trabajo detectó más de un millar de trabajadores en negro, incluso en cadenas de grandes marcas. “No hay excusa, salvo aumentar las súper-utilidades.”
› Por Raúl Dellatorre
El fuerte operativo desplegado por el Ministerio de Trabajo, en conjunto con la Anses, en los principales centros de compra (shopping centers) porteños durante esta semana permitió detectar por lo menos un millar de trabajadores no registrados (en negro) cumpliendo tareas en algunas de las mayores cadenas de ropas, en patios de comida, en empresas que realizan tareas de seguridad, mantenimiento y limpieza y en otras actividades conexas. “Son lugares de venta altamente rentables, están en un momento de plena actividad, por lo tanto no se justifica bajo ningún argumento que los empleadores tengan personal en negro, porque lo único que se está buscando es abultar aún más las súper-utilidades que obtienen”, explicó a Página/12 Julio Casavelos, subsecretario de Fiscalización del Trabajo y responsable de la inspección. Las empresas descubiertas en prácticas laborales ilegales deberán regularizar al personal de inmediato para evitar sanciones y multas más graves, a cambio de recibir apenas una multa simbólica de 300 pesos.
Galerías Pacífico, en el centro porteño, fue ayer el último gran centro comercial en ser visitado por los inspectores, que en los días anteriores recorrieron Alto Palermo, Paseo Alcorta, Patio Bullrich y los shoppings Liniers, Caballito y Abasto. En total, el operativo abarcó a 1500 comercios y empresas de servicio, con un personal involucrado de unas 5000 personas. El resultado: aproximadamente la quinta parte, un millar de trabajadores, no estaban declarados por sus empleadores ante el sistema previsional.
–¿Qué características comunes encontraron en los empleados que estaban en negro? –preguntó este diario a Casavelos, responsable del área de fiscalización de la cartera laboral.
–En general, son trabajadores jóvenes. La modalidad habitual es que trabajan muchas más horas de las que le corresponden, en jornadas de 10, 12 o 14 horas, sin el pago de horas extra. Y les pagan, en promedio, 800 pesos mensuales, por debajo de lo que les corresponde por convenio.
–¿Realizan tareas secundarias o de menor jerarquía en los locales?
–No, hay de todo, muchos son vendedores. Y no sólo contratados temporales por la mayor actividad en esta fecha, sino que hay casos de empleados en negro con varios meses de antigüedad. Pero inspeccionamos todas las actividades colaterales a las ventas en los shoppings y detectamos trabajadores en condición ilegal en todos: seguridad, limpieza, mantenimiento.
–¿Hay cadenas importantes o son comercios chicos los que cometen estas irregularidades?
–También hay cadenas de marcas importantes. Pero en todos los casos se trata de empleados en negro que trabajan junto a otros que están en blanco. Por las características de estos lugares, siempre existe algún margen de legalidad. Pero se trata de una actividad de muy alta rentabilidad, que además está en actividad plena. No se justifica por ningún motivo que tengan personal en negro. La única explicación es que los empleadores están buscando aumentar más su súper-utilidad.
–¿Qué va a pasar con los empleadores a los que se les detectaron estas prácticas ilegales?
–A los comercios que tienen empleados en negro se los multa y se los exhorta a blanquearlos. Si el comercio lo blanquea antes de los 15 días, la multa que le cabe equivale a 300 pesos, si no lo hace, debe pagar 1500 pesos por cada trabajador en negro y pueden caberle otras sanciones. El objetivo del plan no es aplicar multas, sino inducir al blanqueo de los trabajadores. La experiencia, en Capital, es que el 40 por ciento de los empleados en negro detectados en las inspecciones son blanqueados. Acá debería ser mucho mayor el porcentaje, dada su situación económica.
–¿Qué pasa si el empleador, en vez de blanquear al trabajador en negro, lo echa?
–Lo vamos a perseguir. No vamos a dejar que la salida sea la desvinculación.
El incumplimiento en la inscripción de los empleados detectado en las inspecciones suele ubicarse en torno del 20 por ciento cuando se realizan en Capital Federal, tal como ocurrió en el operativo en los shoppings. Cuando las inspecciones van al resto del país, el promedio se eleva al 40 por ciento. Pero, según indica Casavelos, “no todo el trabajo en negro es lo mismo; no es igual un chofer en negro de una remisería del Gran Buenos Aires, que por ahí entre el dueño del local y el chofer no sacan para un sueldo, que estos trabajadores en negro de los grandes shoppings. En este último caso no hay motivo alguno, como tampoco en grandes obras en construcción de propiedades que se venden a 2000 o 2500 dólares el metro cuadrado, como hemos encontrado”. Sin embargo, Casavelos recomendó “regularizar todas las situaciones, porque la política de esta cartera será combatir con toda la fuerza del Estado el trabajo ilegal”.
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