Dos días antes de la jornada de Nochebuena, la Secretaría de Comercio Interior difundió un listado con los precios de los insumos navideños habituales, con la finalidad de evitar desbordes que comprometan la meta inflacionaria. En la misma jornada, el titular del Centro de Procesadores Avícolas (Cepa) intentó acallar rumores acerca de un aumento en el pollo y aseguró que los productores ya están trabajando para renovar un acuerdo con el Gobierno para el año próximo.

Desde los despachos de Guillermo Moreno la estrategia sigue siendo la de siempre: amedrentar a los comerciantes que aspiren a excederse con sus márgenes y fomentar el control de parte de los consumidores para tener los precios contenidos. Este listado, que se suma a los que en estas jornadas difundió el Gobierno con los precios de carnes, frutas y verduras, tiene como encabezado el lema “Para que festejemos todos” e incluye los tradicionales artículos como el pan dulce, la sidra o los turrones, todos con valores “sugeridos” muy próximos a los que se registraron el año anterior.

Valgan de ejemplo las siguientes indicaciones: pan dulce Noel de 500 gramos a 4,21 pesos, por debajo de los 4,39 pesos que tuvo como valor mínimo en las navidades de 2005; sidra Real Etiqueta Blanca, que costaba entonces entre 2,77 pesos y 3,08 y ahora tiene un valor indicado de 2,94. El empeño oficial por sujetar el valor de la canasta navideña está en gran medida fundado por el afán de contener el índice de precios de todo el año en menos de dos dígitos, cometido al que sólo podría llegar si efectivamente no hay subas muy pronunciadas en estos días.

Este estímulo a la conducta de los comerciantes forma parte de la estrategia oficial de sujetar los precios vía acuerdos con los distintos sectores. Uno de los involucrados son los productores de pollos, que ayer salieron al cruce de la versión de que había aumentado un 10 por ciento en los últimos días. “El precio acordado con el Gobierno, de 2,70 pesos más IVA por kilo, sigue vigente”, recordó Roberto Domenech, titular de Cepa, que asegura que ya está en trámites para renovar ese acuerdo hasta finales de 2007, a pesar de la importante suba que deben afrontar por insumos como el maíz y los alimentos balanceados.

El productor aclaró que no hubo movimientos en los precios del pollo común, categoría que representa el 60 por ciento del consumo, aunque sí admitió que hubo algunas correcciones en el pollo especial o trozado, que se habría encarecido alrededor del 5 por ciento. Una manera de minimizar los incrementos que inquietan a consumidores y al propio Gobierno.

Ayer mismo la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) ratificó la decisión de no admitir por los próximos meses la incorporación de nuevos matarifes y exportadores de carne a los correspondientes registros, bajo el argumento de que está analizando los movimientos en el sector. Se trata de una medida de presión adicional para contener a uno de los sectores más díscolos, para cuyo control el Gobierno apeló meses atrás a la drástica y polémica medida de suspender parcialmente las exportaciones.

Uno de los desafíos mayores ha sido influir en toda la compleja cadena cárnica. Esta semana el ganado en pie tuvo una baja de alrededor del 10 por ciento que todavía no llegó a los mostradores. A través de su vocero, Alberto Williams, los carniceros de la Capital prometen que esa reducción podría tener un correlato en el menudeo durante este fin de semana, siempre y cuando los frigoríficos no se la queden.