Para algunos es resultado de la bonanza económica que motoriza la demanda interna, imposible de satisfacer por una industria que trabaja al tope. Para otros, son las buenas chances exportadoras, que orientan hacia el exterior bienes que luego escasean internamente. Para los productores agrarios se trata de “políticas oficiales erróneas”, que desestimulan la producción. Lo cierto es que la falta de bienes básicos, en particular carne y leche, es un dato de mercado del que ya no sólo dan cuenta las asociaciones de consumidores.

El presidente de la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (Cadam), Alberto Guida, distinguió entre los “atrasos” en las entregas de productos de las primeras marcas y los “faltantes” en los de segunda y terceras. A su juicio, se trata de “una crisis de crecimiento”, ya que mientras la demanda crece, hay una industria que está al tope de su capacidad de producción y no puede responder a esa suba.

La Confederación General de Almaceneros y Afines relativizó ayer el problema de escasez al señalar en un comunicado que “se aprecian faltantes de algunos productos, aunque éstos no son permanentes”. El gremio patronal se refirió en un comunicado específicamente a la falta de leche y subproductos como resultado de un pico de la demanda, pero aclarando que está garantizado el abastecimiento de la fluida.

Para Guida el problema en este caso son las inundaciones, algo diferente de lo que ocurre con la carne, que falta por “una puja en el precio” entre el Gobierno, que intenta contenerlo, y los ganaderos, que aspiran a subirlo.

Confederaciones Rurales Argentinas ayer intentó negar a través de un parte de prensa que los productores sean de algún modo responsables por esta situación que atribuyó a “las continuas políticas erróneas hacia el sector, que permitieron la maniobra de algunos sectores especuladores, aprovechándose de una coyuntura para su propio beneficio”. Mientras la entidad de Mario Llambías advertía esto, Agricultura anunciaba un nuevo subsidio para los productores avícolas: con los que ya se otorgaron a los agroalimentos, suman 33 millones de pesos en auxilio fiscal.