El Gobierno puso en juego ayer una nueva herramienta para apuntalar la promesa de mantener intacto el abastecimiento de gas y electricidad a los consumidores domiciliarios durante todo el invierno. El ministro de Planificación anunció ayer el lanzamiento del Programa de Energía Total, cuyo objetivo inmediato será lograr la sustitución del uso del gas y la electricidad en la industria por combustibles líquidos y/o la autogeneración de electricidad en las diferentes actividades productivas. Durante los próximos 90 días, la cartera que conduce Julio De Vido subsidiará la diferencia de costos que afecten a quienes adhieran al programa, para lo cual ya se destinó una partida de 930 millones de pesos.

La decisión fue informada al término de una reunión del presidente de la Nación con directivos de Repsol YPF, Petrobras y Esso, tres de las cuatro compañías principales que participan del negocio de refinación y comercialización de combustibles. La empresa Shell fue expresamente excluida de la convocatoria, según trascendió. Con esta última petrolera, el Gobierno ha venido sosteniendo un prolongado enfrentamiento, desde que a principios del año pasado llamó a un boicot contra los productos de la empresa por haber aumentado el valor de sus combustibles. Después de esto, le aplicó multas millonarias en dos oportunidades y le impidió en otra lanzar un nuevo producto diesel al mercado, aduciendo que estaba restringiendo la oferta de gasoil común reemplazándolo por otro más caro.

El tema se venía conversando con las demás empresas refinadoras desde inicios de la semana, en coincidencia con la puesta en marcha de la venta de las naftas rebajadas para sustituir el GNC. Ayer, De Vido las comprometió a que “a partir de mañana (por hoy), las petroleras saldrán a ofrecer a las industrias argentinas la posibilidad de reemplazar el gas que consumen por combustibles líquidos, al mismo valor”.

Pero es difícil que se pueda implementar tan rápido el mecanismo. Hasta anoche, en las compañías petroleras se desconocía el contenido de la resolución. Tampoco se especificó en qué forma se atenderá esta oferta excedente, dado que hasta pocos días atrás el gasoil era un producto escaso en el mercado y aun en los últimos días se oían quejas del agro por la falta del combustible para mover su maquinaria.

Tomás Hess, director de Comunicaciones de Esso, señaló luego de la reunión que “cada empresa va a tener que evaluar, de acuerdo con el estado de sus existencias, si tiene necesidad de importar”, ya que en principio cada una de las refinadoras y comercializadoras deberá cumplir con el abastecimiento del combustible líquido a aquellas industrias que se lo soliciten.

En principio, de acuerdo con el texto de la Resolución 459 del Ministerio de Planificación –a la que este diario tuvo acceso a última hora–, la participación de la industria en el plan de sustitución del uso de gas y electricidad será voluntario. “El programa se aplicará a todas aquellas empresas que utilicen gas natural y/o energía eléctrica por red como insumo necesario para la actividad que desarrollen y se encuentren interesadas en participar del plan de sustitución implementado por la presente resolución”, señala el artículo 2º de la mencionada resolución.

El incentivo a la adhesión será el subsidio que recibirán para la utilización de los combustibles alternativos. El Programa de Energía Total les cubriría la diferencia de costos por usar una energía más cara, pero además les garantizaría el aprovisionamiento, a diferencia de un suministro de gas con alto riesgo de ser interrumpido.

Pero no todos los establecimientos que desarrollan actividades productivas con uso intensivo de energía están en condiciones de reemplazar el gas o la electricidad por combustibles líquidos. Conscientes de ello, la apuesta del Gobierno es a que la mayor parte de la industria grande y mediana se pase al gasoil, liberando una proporción mayor de electricidad y gas de la que hoy resulta de la restricción al consumo eléctrico después de las 16 horas (con un ahorro de 1200 megavatios) y la aplicación de la cláusula de “interrumpibles” a los usuarios industriales y comerciales de gas. La prohibición de venta de GNC, según parece, se torna insostenible más allá del fin de semana. El régimen de uso alternativo de naftas súper o común a precio subsidiado para taxistas, remiseros y fleteros se convertiría, en el marco del Programa de Energía Total, en una opción voluntaria.

En la conferencia de prensa que brindó después de la reunión en Casa de Gobierno con Néstor Kirchner y los empresarios petroleros, De Vido aseguró que la puesta en marcha del plan permitirá un ahorro de 5,8 millones de metros cúbicos de gas diarios (alrededor de un 5 por ciento de la demanda total) y 400 megavatios de potencia (equivalentes a una central hidroeléctrica mediana, como Futaleufú). “Parte del gas ahorrado a diario será para generación eléctrica en plantas (térmicas) de ciclo combinado o duales, que hoy están trabajando a gasoil y así rendirían un 20 por ciento más”, explicó el ministro.

De Vido destacó que “el sector productivo está haciendo un fuerte esfuerzo que nosotros valoramos”. Un modo de reconocerlo será compensarle el mayor costo por el uso de combustibles alternativos. La resolución señala que se destinará una partida de 930 millones de pesos al pago de las diferencias de precios por el uso de líquidos sustitutos. Para su liquidación, se creó una unidad ejecutora, en la que estará al frente el número dos de Planificación, Roberto Baratta. Contra reloj, desde la primera hora de hoy se trabajará en su implementación.