Mar 24.07.2007

ECONOMíA  › SUBIRIAN LAS ASIGNACIONES FAMILIARES, JUBILACIONES Y NO IMPONIBLE EN GANANCIAS

Fisco que me hiciste mal y sin embargo...

El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, llevó el reclamo a la Casa Rosada. Fue recibido por el presidente Kirchner y el ministro Tomada. El aumento de las asignaciones se anunciaría en las próximas horas. También se habría definido una suba de jubilaciones y bajar la proporción de salarios sujeta al pago de Ganancias.

Rodeado de fuerte hermetismo, ayer se produjo una serie de encuentros en Casa de Gobierno en los cuales se acordó la necesidad de un aumento del mínimo no imponible (proporción del sueldo no alcanzado por el gravamen) del impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría (remuneración al trabajo). En la oportunidad, también se trató una suba en las asignaciones familiares y una mejora para los jubilados. Primero fue el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quien conversó en privado con el presidente de la Nación en el despacho de este último, Néstor Kirchner. Luego se incorporó al encuentro Hugo Moyano, secretario general de la CGT. Tras una reunión de más de una hora, Moyano dejó la Casa Rosada sin hacer declaraciones, mientras Tomada se dirigía al despacho de Carlos Zannini, secretario de Legal y Técnica, responsable de la redacción de los decretos y su preparación para la firma del Presidente. En las próximas horas habría anuncios, que apuntan a generar beneficios para todos los asalariados: un aumento masivo a jubilados, una suba de las asignaciones familiares a los sectores de ingresos bajos y un beneficio impositivo para los empleados con remuneraciones de nivel medio y alto. La base del impuesto a las ganancias sobre los salarios (valor por debajo del cual no se tributa) pasaría a cuatro mil pesos mensuales.

El retorno a los primeros planos de los conflictos sindicales vinculados con descuentos salariales por pago de impuestos apuró los tiempos políticos. Esta vez fueron los trabajadores de la pesca de Puerto Deseado, cuya situación llegó a un pico de tensión el último viernes, cuando una gruesa columna de manifestantes, enardecida por la falta de respuesta, decidió prender fuego los establecimientos industriales y la municipalidad de la localidad santacruceña.

El antecedente de los petroleros del norte de Santa Cruz, cuyo conflicto terminó en la muerte de un gendarme en Las Heras, pesa fuerte en la memoria del gobierno nacional. Aquella disputa derivó en una crisis política que provocó, primero, la renuncia del gobernador Sergio Acevedo, que dio lugar a la inestable gestión de Carlos Sancho, que terminó echado en medio de otro conflicto gremial: los docentes.

La pelea de los petroleros y la de los pesqueros tienen como raíz común el fuerte impacto del impuesto sobre sus haberes netos. El alto porcentaje que les descuentan sobre los ingresos por encima de los 2000 pesos, el año pasado para los petroleros, y de 2500 pesos ahora para los pesqueros, fue el detonante. Pero el conflicto patagónico no hizo más que poner en evidencia las gruesas irregularidades que arrastra el esquema del impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría.

Con estos antecedentes, más el reclamo que se fue agregando de parte de los trabajadores de las categorías más altas de los convenios, la CGT hizo suya la demanda de suba del mínimo no imponible. Una gran cantidad de trabajadores ha quedado incorporada al pago de impuesto a las Ganancias en el último año, como consecuencia de las dos últimas modificaciones de escalas salariales, que tuvieron un piso del 19 por ciento el año pasado y del 16,5 por ciento el presente. Se calcula que entre 800 mil y un millón de asalariados hoy son sujetos de descuento en sus salarios por impuestos. Más del doble que unos pocos años atrás.

El ajuste del mínimo a principios de año, en marzo, se quedó a mitad de camino. En ese momento, se elevó tanto el mínimo no imponible como las deducciones especiales: cargas familiares por hijo, por cónyuge y deducción especial. También se elevó el “piso” a partir del cual empieza a reducirse el monto de las deducciones. Los ajustes promedio en todo estos valores fue del 25 por ciento. Sin dudas, un ajuste insuficiente tras una década de congelamiento y contra una inflación, en el mismo período, del orden del 100 por ciento.

A la reunión de ayer, Moyano llevó la demanda de suba en el valor de las deducciones y la eliminación, como ingreso sujeto a impuesto, de los viáticos y el aguinaldo. Ya en el caso de los petroleros, el año pasado, se alcanzó un acuerdo por el cual se dejó fuera de los ingresos computables para el impuesto a los viáticos, y se les asignó a los trabajadores del sector y de esa zona una deducción especial adicional, de forma tal de bajar sensiblemente el impuesto. Pero este ajuste tuvo carácter temporario.

La respuesta al pedido del líder sindical quedó condicionada a la opinión del ministro de Economía, Miguel Peirano, que ayer no participó del encuentro. En cambio, habría quedado resuelto el ajuste en las asignaciones familiares, en torno de un 20 por ciento más la suba en las escalas de ingresos de los beneficiarios. También habría acuerdo para un aumento en las jubilaciones, que esta vez alcanzaría a todo el universo de jubilados, aunque con un porcentaje mayor para los de menor ingreso. Esta misma semana habría anuncios, se especulaba en los pasillos oficiales. Sergio Massa, de la Anses, ya pasó sus números (por la incidencia de asignaciones y jubilaciones). Peirano prepara los suyos (por las deducciones impositivas). Zannini espera la orden para largar los decretos.

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