A menos de una semana del enfrentamiento entre el Gobierno y la Sociedad Rural, el secretario de Programación Económica reivindicó la aplicación de retenciones que tanto exasperan a los ruralistas y hasta las consideró “el mejor instrumento macro del que disponemos”. En rigor, no fue la única definición previsible en boca de un administrador kirchnerista como Martín Abeles, colaborador directo del ministro de Economía, Miguel Peirano. Con la misma convicción que proclamó la importancia de tener un tipo de cambio competitivo, fustigó “las políticas neoliberales” y cualquier estrategia “de los 90”. Con la salvedad, eso sí, de que no quería caer en un lugar común con esa crítica a la década pasada.

La primera exposición pública desde que el joven economista ocupa una silla en el Palacio de Hacienda la hizo en un ámbito académico que le es familiar: un seminario convocado por el Cefid.ar (Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina), que ayer propuso ante una selecta concurrencia discutir sobre las cuestiones estratégicas para sostener el crecimiento.

Abeles tuvo pocas dudas. A juicio del secretario, hay dos puntos claves para fogonear la bonanza económicas, aunque, admitió, fundan discusiones aún abiertas en la comunidad de los economistas.

Un eje estratégico es el mantenimiento de un tipo de cambio “competitivo” y con “una estructura de incentivos cambiarios para distintos sectores de la economía”, lo que equivale a permitir un dólar más alto para algunos (la industria, por ejemplo) y menos para el otro (campo y petroleras). Fue la introducción a su expresa defensa de las retenciones, no sólo como un instrumento para controlar los precios internos de bienes sensibles como los alimentos, sino herramienta para orientar el desarrollo.

El otro punto estratégico –a decir del académico graduado en Harvard– es el de mantener el superávit comercial y de la cuenta corriente, como una forma de evitar también problemas fiscales. “Un frente externo robusto aleja los nubarrones de la crisis y hoy la Argentina no tiene riesgo de liquidez en dólares: puede tomar y pagar deuda, lo que genera un horizonte de estabilidad”, se entusiasmó Abeles, para quien este debate sobre cuestiones de largo plazo sólo es posible gracias a los éxitos de la política kirchnerista.

La enumeración de éxitos fue contundente y vino después de advertir que “Argentina está atravesando un momento extraordinario, con alto crecimiento y, al mismo tiempo, superávit externo”. Entre los logros destacó la inversión “record” de entre el 22 y 23 por ciento del PBI, un nivel de ahorro doméstico idem, del 25 por ciento, en ambos casos “por encima de los valores registrados en los ’90”.

Ese auspicioso panorama se completaría con la “fuerte” generación de empleo, que en gran medida atribuyó a las políticas salariales y previsionales. Tan rotundo sería el éxito en este segmento que en el segundo semestre del año “desaparecerá la indigencia” entre los jubilados.

Optimistas referencias a los indicadores macro, sin ningún comentario preciso sobre la coyuntura. ¿El futuro del cuestionado Indec (organismo bajo su órbita)? Ante esta pregunta, prefiere cultivar el bajo perfil.