La balanza comercial registró en julio un superávit de 479 millones de pesos, achicándose un 50 por ciento respecto de igual mes del año pasado. El menor saldo positivo en el comercio exterior se explica por un alza de las importaciones del 45 por ciento, en buena medida impulsadas por las compras de “productos energéticos”, frente a exportaciones que aumentaron un 21 por ciento.

Según el informe difundido por el Indec, en julio, las importaciones alcanzaron a 4124 millones de dólares. El incremento de las compras externas se explica por una suba de 24 por ciento en las cantidades importadas y de 13 por ciento en los precios.

En el comunicado, los técnicos del Indec destacaron que uno de los factores que motorizaron las importaciones fue la adquisición de combustibles y lubricantes, que se incrementaron 159 por ciento el mes pasado. En ese rubro se agrupan “las mayores compras de gasoil, fueloil, energía eléctrica, propano licuado y gas natural en estado gaseoso para contrarrestar los efectos de la crisis energética”.

El organismo también menciona “la compra de insumos para la agroindustria”, entre los que se encuentra la urea, un fertilizante cuya elaboración en el país está concentrada en una empresa que sufrió problemas energéticos en julio. Tanto es así que la semana pasada el Gobierno decidió bajar a cero transitoriamente el arancel de importación de este producto.

Las exportaciones, por su parte, sumaron 4603 millones de pesos. El crecimiento del 21 por ciento que evidenciaron las ventas al exterior en julio representa la suba interanual más alta en lo que va del año. Un dato positivo es que, a diferencia de meses anteriores, el mes pasado gravitaron más en las exportaciones los volúmenes enviados que los precios: mientras en cantidad las ventas se incrementaron un 14 por ciento, en precios la suba fue de sólo el 5 por ciento.

Las ventas de productos primarios subieron 80 por ciento; de manufacturas de origen agropecuario, 27 por ciento; y de manufacturas de origen industrial, 12 por ciento. Los principales productos exportados fueron grasas y aceites, semillas y frutos oleaginosos y cereales.

En los primeros siete meses del año, el aumento de las exportaciones fue del 14 por ciento, con lo que alcanzaron un valor de 29.149 millones de dólares; mientras que las importaciones acumuladas totalizaron 23.544 millones de dólares, con un incremento de 28 por ciento. Así, el superávit comercial entre enero y julio ascendió a 5606 millones de dólares. En el mismo período del año pasado, el saldo de la balanza sumaba 7210 millones de dólares. Durante todo el año pasado, en tanto, el superávit comercial llegó a 12.306 millones.

En el acumulado desde enero, los rubros con la mayor participación en el total de las exportaciones fueron las manufacturas de origen agropecuario (33 por ciento) y las de origen industrial (31 por ciento), seguidos por los productos primarios (23 por ciento), y combustibles y energía (13 por ciento).

Del lado de las importaciones, las compras de bienes intermedios representaron el 36 por ciento; seguidas por bienes de capital, 23 por ciento; piezas y accesorios para bienes de capital, 18 por ciento; bienes de consumo, 11 por ciento; vehículos automotores de pasajeros, 6 por ciento; y combustibles y lubricantes, 6 por ciento.

El principal destino de las exportaciones argentinas en los primeros siete meses fueron los países del Mercosur, con 21 por ciento del total. En segundo lugar se ubicó el Sudeste Asiático, más China y Japón, con 18 por ciento; después la Unión Europea, con el 17 por ciento del total; y en cuarto lugar el Nafta, con un 11 por ciento. Por el lado de las importaciones, el principal proveedores es, por lejos, el Mercosur, con el 37 por ciento del total de las compras.