El año pasado murieron 995 personas en accidentes laborales, una lista que tiene en cuenta apenas a los asegurados. La situación empeora y la construcción es campeona de faltas.
› Por Marcelo Zlotogwiazda
Los accidentes laborales no cesan de aumentar y el año pasado ocasionaron la muerte de 995 personas, según la información oficial que toma en cuenta sólo al universo de los trabajadores asegurados. La mayor cantidad de accidentes y fallecimientos se registra en la industria de la construcción, donde las deficiencias en materia de seguridad están tan extendidas que un operativo de control oficial que se está realizando en el Gran Buenos Aires desde hace dos semanas arrojó como resultado hasta el viernes pasado que sobre 74 obras inspeccionadas hubo 72 clausuradas, entre las que figuran la de una gran cadena de supermercados y edificaciones de lujo en las Lomas de San Isidro.
Según los datos difundidos días atrás por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT), sobre 6,7 millones de trabajadores asegurados en alguna ART hubo cerca de 636.000 accidentes. La estadística muestra un constante y fuerte aumento en la siniestralidad desde el inicio de la recuperación productiva en 2003, con un 85 por ciento más de accidentes. También se observa un incremento ininterrumpido en la proporción de accidentes respecto de trabajadores asegurados: mientras que en 2002 hubo 7,6 de accidentes por cada 100 trabajadores cubiertos, el porcentaje fue subiendo hasta llegar a 9,5 el año pasado. Es decir que aumentaron más los accidentes que los asegurados.
También hubo un dramático salto en los accidentes fatales. La mortalidad laboral pasó de 680 fallecidos en 2002 a 995 el año pasado. Implica un salto de 46 por ciento, similar al 49 por ciento de aumento en la cantidad de trabajadores cubiertos. Del total de muertes, 605 ocurrieron en el lugar de trabajo y las restantes 390 en tránsito.
El balance anual para 2006 de la SRT advierte sobre el particular crecimiento de la accidentabilidad en el agro y en la construcción, y en cuanto a los fallecidos señala que “la construcción se disparó con un 16,3 por ciento”.
Estas cifras alarmantes para la industria de la construcción son consecuencia directa del altísimo incumplimiento de las normas de seguridad con que opera el sector, tal como puede corroborarse en los resultados del operativo que desde el lunes 27 de agosto realizan en forma conjunta en el Gran Buenos Aires inspectores de los ministerios de Trabajo de Nación y Provincia junto con los de la SRT. Hasta el viernes pasado se habían inspeccionado 74 obras, de las cuales 72 quedaron inhabilitadas por el peligro para la vida de los obreros, de acuerdo con la información a la que accedió Página/12.
Cabe considerar que no se verificaron pequeñas construcciones sino obras de por lo menos 4 pisos, y varias de ellas de superficies muy grandes. Entre las que quedaron suspendidas está una de Carrefour que abarca 14.000 metros cuadrados en el partido de San Martín, y dos urbanizaciones de estilo barrio privado y alta jerarquía en las Lomas de San Isidro, denominadas Jardines de San Isidro y El Solar de San Isidro.
Las irregularidades más frecuentes que hallaron los inspectores fueron falta de barandas reglamentarias en balcones y otros límites en altura con el vacío, huecos sin tapar, ascensores y montacargas sin puertas, instalaciones eléctricas sin puesta a tierra, andamios en mal estado, paredes sin apuntalamiento necesario y con riesgo de derrumbe, no utilización de elementos de seguridad personal como el arnés, etc., etc.
Las clausuras se mantienen hasta que la SRT comprueba que la empresa constructora corrigió todos los incumplimientos.
A juzgar por la proporción de obras suspendidas, el grado de descuido detectado en este operativo fue incluso mayor al que se constató en otro realizado en la ciudad de Buenos Aires a comienzos del mes pasado por parte del Ministerio de Trabajo, la SRT y la Unión Obrera de la Construcción: en este caso, de las 102 obras controladas fueron suspendidas 78.
Consultado por este diario, el vocero de la Unión de Aseguradoras de Riesgos de Trabajo respondió que “aún queda mucho por hacer”, pero se empeñó en “resaltar que desde que el sistema entró en vigencia hace diez años hubo una caída del 40 por ciento en el índice de fallecidos para el total de la economía y del 21 por ciento en el índice de fallecidos en la construcción”.
En cuanto a lo que sucedió a partir de 2002, cuando se observa un aumento más que proporcional en los accidentes respecto de los asegurados y un incremento en los fallecidos de porcentaje equivalente, la fuente de la UART dijo que “luego de un período de recesión siempre hay una correlación positiva entre el crecimiento de la economía y el de la siniestralidad, que en la construcción encuentra su máxima expresión”. Para ser habilitada una obra debe contar con un plan de seguridad aprobado por su ART, aunque su cumplimiento queda librado a la responsabilidad de la empresa constructora.
En el operativo por el Gran Buenos Aires que se extenderá por varios días más hasta inspeccionar unas 300 obras, también se verificó que 3 de cada 10 obreros están en negro. Vale recordar que se trata de obras grandes. En tamaño.
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