ECONOMíA › EL PRECIO DE LA CARNE VUELVE A GENERAR PREOCUPACION
El aumento en Liniers de los últimos días preocupó al Gobierno. Los especialistas prevén una nueva escalada en las próximas semanas. La especulación de los productores por la primavera.
› Por Fernando Krakowiak
El precio de la carne está preocupando nuevamente al Gobierno. El miércoles pasado, el Indice General del Mercado de Liniers, que promedia los valores de todas las categorías, cerró a 2,72 pesos el kilo vivo, la mayor cotización desde que se anunciaron las restricciones a las exportaciones, el 8 marzo de 2006. Los ganaderos informaron que el aumento fue consecuencia de una disminución coyuntural de la oferta provocada por la lluvia. El viernes los precios bajaron, pero igualmente acumulan una suba de 15,3 por ciento desde principios de mes y los especialistas prevén una nueva escalada en las próximas semanas. La causa principal es la especulación. Con la llegada de la primavera comienza a crecer el pasto en los campos y los productores pueden empezar a retener la hacienda para forzar una mejora en sus márgenes de ganancia. El temor es que la suba termine impactando en carnicerías y supermercados.
La carne tiene una incidencia del 7,36 por ciento en el Indice de Precios al Consumidor que elabora el Indec, el doble que todo el segmento de frutas y verduras. Por lo tanto, un aumento de los principales cortes tendría mayor repercusión pública que el que están provocando los precios de la papa, el tomate, el zapallito y la cebolla. Ese es el último escenario que quisiera enfrentar el Gobierno antes de las elecciones presidenciales del próximo 28 de octubre.
En la Secretaría de Agricultura reconocen que las subas de precios en Liniers continuarán durante las próximas semanas por motivos estacionales (en invierno la hacienda se liquida y en primavera se la retiene), sobre todo en un contexto de crecimiento del consumo local e internacional de carne. Sin embargo, afirman que ese ajuste no debería repercutir en las góndolas porque durante el último año y medio el valor de los doce cortes populares subió más que el de la hacienda en pie, situación que les permitiría a la industria y a los minoristas absorber ese incremento sin tener que trasladarlo al consumidor.
La descripción oficial es acertada. En abril de 2006, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, publicó la resolución 1, con precios de referencia para los distintos eslabones de la cadena de la carne. En el Mercado de Liniers esos precios se mantuvieron sin cambios hasta mayo de este año. Primero por el impacto que provocó el cierre de las exportaciones y luego por la intervención oficial en el mercado. Entre el viernes 17 de noviembre de 2006, día en que Moreno repartió por primera vez su listado de precios máximos en Liniers, y el miércoles 9 de mayo de este año, cuando terminó la intervención, todas las categorías respetaron los valores de referencia y el Indice General promedió 2,07 el kilo vivo.
Luego los precios mayoristas oficiales se fueron “sincerando” lentamente a medida que convergieron con los del mercado negro que se había conformado durante la intervención. Sin embargo, hasta fines de agosto ese ajuste fue de apenas el 10 por ciento, en promedio, respecto de los valores establecidos por Moreno. En las carnicerías y supermercados, en cambio, los cortes populares subieron más de un 50 por ciento durante el mismo período y fueron convalidados por una población que siguió consumiendo fuerte (este año se estará cerca de los 70 kilos de carne per capita). Este aumento diferencial de precios expresa una transferencia de recursos del campo a los otros eslabones de la cadena, lo que les permitiría a estos últimos absorber los incrementos del kilo vivo sin tener que transferírselos al consumidor.
No obstante, nadie puede garantizar que eso vaya a ocurrir. Si las subas en Liniers continúan, los otros eslabones de la cadena podrían aumentar los precios para conservar sus márgenes de ganancia. El secretario Guillermo Moreno pareciera temer esta segunda opción. Por eso, luego del fuerte incremento registrado el martes pasado, cuando el kilo vivo promedio pasó de 2,48 a 2,71 pesos (9,3 por ciento) volvió a merodear el mercado de Mataderos, aunque sin hacerse presente. Se reunió con frigoríficos y matarifes para solicitarles que no convalidaran los aumentos. El miércoles los valores no sufrieron cambios significativos (2,72 pesos), pero el viernes cayeron 5,2 por ciento (2,58 pesos). Ahora la expectativa está centrada en lo que ocurra a partir de hoy.
Si se comparan los precios del viernes con los de comienzos de mes, se puede observar que las mayores subas no se registraron en las categorías que más se consumen en el mercado interno (novillito, vaquillona y ternera) sino en los novillos pesados y en las vacas, dos productos que se suelen exportar. Si esa tendencia continúa no debería extrañar que el Gobierno decidiera establecer algún tipo de restricción extra a las exportaciones o que demore la asignación de los Registro de Operaciones de Exportación, como ya se ha hecho en el pasado, para forzar a los frigoríficos a disminuir la demanda y volcar parte de los cortes stockeados en el mercado local.
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