ECONOMíA
› HOY SE SABRA SI PIGNANELLI APRIETA LOS DIENTES Y SIGUE
“Que yo sepa, no renunció”
Lavagna desmintió su pública pelea con el titular del Banco Central, Aldo Pignanelli. Sin embargo, volvió a cargar duramente contra la gestión del Central. Hoy habría una definición.
El ministro de Economía, Roberto Lavagna, salió ayer a desmentir su pública pelea con el titular del Banco Central, Aldo Pignanelli. Y, de paso, desmintió también la renuncia de Pignanelli, quien había presentado verbalmente su dimisión el viernes. “Para que haya una pelea tiene que haber dos que peleen. No estoy en ninguna pelea. El resto es humo, del cual yo no me ocupo”, afirmó el ministro. Consultado acerca de si el presidente del Central seguiría en su cargo, aseguró: “Que yo sepa, sí”. Sin embargo, Lavagna volvió a criticar duramente la gestión del Banco Central. Hoy, Pignanelli definirá su situación ante el directorio de la entidad. Durante el fin de semana, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, fue el encargado de convencerlo de que continuara en el cargo. Sin embargo, el jefe del organismo monetario quiere viajar a Estados Unidos para entrevistarse con funcionarios del Tesoro y del FMI, algo que Lavagna considera inadmisible. En especial, ahora que las negociaciones con el Fondo pueden quedar nuevamente estancadas con el fallo de la Corte Suprema que restituye el 13 por ciento de salarios públicos y jubilaciones.
A pesar de desmentir el enfrentamiento dentro de la conducción económica, Lavagna criticó la labor del BC en los mismos términos que lo había hecho el viernes, cuando dejó al borde la renuncia a Pignanelli. En este sentido, insistió con que “hay demoras de instrumentación” por parte del Central de medidas financieras, como la entrega al público de los bonos canjeados por depósitos reprogramados y la creación de las cuentas libres de restricciones. “Hay demoras en la entrega de Boden al público y la creación de las cuentas de depósitos libres, ambas cosas dispuestas (por Economía) desde el 31 de mayo”, se quejó el ministro.
Y reclamó “un compromiso serio y firme de terminar con ambas cosas en muy pocos días”. Luego, explicó que “la gente espera los Boden para poder comprar automotores y viviendas”, y manifestó que “la población tiene derecho a que su dinero vaya a las cuentas libres, y no pase a ingresar y a engrosar el corralito”.
El último round entre Pignanelli y Lavagna empezó a partir de las declaraciones de Guillermo Lesniever, un director del Central afín con el titular de la entidad. El funcionario insistió públicamente con el proyecto de Pignanelli de liberar las cuentas a la vista y depósitos reprogramados inferiores a 10 mil pesos, otorgándoles a los ahorristas tres cheques diferidos. Como respuesta, Lavagna negó que fuera a liberarse el corralito y dijo que el problema eran las mencionadas demoras de instrumentación del Central. Además le pidió el respaldo a Duhalde, quien retó abiertamente a Pignanelli, detonando que éste presentara verbalmente su renuncia.
Por otro lado, Lavagna volvió a sugerir que el problema no era que el Central fuera independiente del poder político sino de los banqueros. “Me gusta un Banco Central independiente del Poder Ejecutivo e independiente de intereses sectoriales”, disparó. Aunque después matizó: “Creo que a veces los intereses de la gente quedan relegados por cuestiones técnicas”, aseguró.
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