La Asociación de Estaciones de Servicio Independientes (AESI) informó que el Gobierno le pidió un listado de cincuenta centros de expendio del país para pedirle a Repsol Ypf, Petrobras, Shell y Esso que los embanderen, es decir que se comprometan a proveerles combustible en idénticas condiciones que lo hacen a aquellas ligadas por contrato. Hasta anoche, las refinadoras sostenían no tener noticias de esta determinación oficial, que implicaría una inversión millonaria, si la reconversión fuera masiva, incluyendo a la totalidad de las “blancas”.

Durante las últimas semanas, los estacioneros independientes tuvieron al menos cuatro reuniones con el secretario de Comercio Interior para exponerle los problemas de rentabilidad que, en rigor, exceden a las estaciones sin marca. Estas tienen la dificultad adicional de no tener garantizado el aprovisionamiento de naftas en una época en que la producción crece por debajo de la demanda, algo que quedaría eventualmente solucionado si pudieran operar “bajo bandera”.

El otro problema que atenta contra el negocio de las blancas es que los distribuidores se quedan con parte de su margen. Ese intermediario quedaría eventualmente eliminado y, por consiguiente, el negocio de los estacioneros independientes se vería fortalecido, gracias a una ampliación de su rentabilidad.

Según la asociación que lidera el estacionero Manuel García, este grupo paga la nafta alrededor de un 10 por ciento más cara que las que tienen contrato con las refinadoras y, en algún caso, ese margen directamente las saca de mercado. Según ejemplifica ese empresario, una de las distribuidoras vende a 1,95 pesos el litro el mismo carburante que Repsol provee a sus estaciones a 1,90. Esto hace imposible competir con las que venden los estacioneros que operan bajo la marca.

Advertido sobre el riesgo de que sigan cerrando estaciones de servicio por la pérdida de rentabilidad, Moreno les habría pedido a los estacioneros independientes que confeccionen un primer listado de puntos de ventas cuyos propietarios estén interesados en comenzar a operar bajo bandera de las refinadoras, con el compromiso de que él forzaría esa reconversión. Las abanderadas tienen contratos por un tiempo determinado, que contemplan el compromiso expreso de abastecimiento, aunque ni un volumen preciso ni un precio cierto.

Después de consultas telefónicas con los asociados interesados, la AESI remitió un listado de las “primeras” cincuenta estaciones a embanderar, de las cuales treinta están en la provincia de Buenos Aires, seis en Santa Fe y el resto repartidas entre Entre Ríos, Chaco, Córdoba, La Pampa, Misiones, Neuquén, Río Negro, San Juan, San Luis y Tucumán. La clave es qué argumento utilizará Moreno para obligar a las refinadoras a suscribir contratos de provisión y quién costeará ese cambio.