Vie 16.11.2007

ECONOMíA  › RETENCIONES MOVILES A PETROLEO Y NAFTA, PARA INMOVILIZAR EL PRECIO INTERNO

Para desconectar el surtidor del barril

Con el precio internacional actual, la retención sobre el crudo equivale al 56 por ciento, pero sería más alta si el precio sube. El exportador recibirá siempre 42 dólares por barril. Se busca planchar el valor interno en ese nivel y ponerles freno a las naftas.

› Por Raúl Dellatorre

Prácticamente 24 horas después de que se conociera el nombre de su sucesor, el ministro de Economía, Miguel Peirano, le puso la firma a la que seguramente terminará siendo la resolución más dura que vaya a firmar en su paso por el Palacio de Hacienda. La norma le fija retenciones móviles, sin techo, a las exportaciones de petróleo y todos sus derivados, incluidas las naftas y lubricantes, que en la práctica significa congelar en 42 dólares por barril el precio que recibirán los exportadores de crudo. La diferencia entre ese precio y el valor al que se exporte, cualquiera sea, deberá ser ingresado como impuesto (o derecho). Al “clavar” el precio neto del crudo en un valor fijo, independiente de su cotización internacional, lo que se busca es que ese mismo precio o paridad de exportación sea el que fije el precio interno, al que las productoras le venden el petróleo a las refinadoras. Así, estas últimas ya no tendrían argumento para seguir aumentando las naftas, como venía sucediendo en los últimos meses y se aceleró en estas últimas semanas. Por otra parte, como esa paridad de exportación es inferior al valor actual del producto en el mercado, el Gobierno se siente habilitado a reclamar, incluso, que los precios se retrotraigan a los vigentes al mes de julio.

Pese a la dureza de la medida –casi sin precedentes, porque de hecho le pone valor máximo al petróleo y derivados exportados, y en forma indirecta a su valor mayorista en el mercado interno–, las compañías petroleras prefirieron no responder públicamente. Pese a su complejidad, la Resolución 394 del Ministerio de Economía deja en claro los siguientes aspectos:

u El derecho de exportación pasa a ser totalmente móvil (sin techo) y su valor dependerá en forma directa del precio internacional. Cuanto más suba éste, más sube el porcentaje del derecho.

u El mecanismo de retenciones móviles no sólo se aplicará al crudo, sino a una serie de derivados (naftas, querosenes de aviación, fuel, aceites lubricantes con y sin aditivos, hexano comercial y aguarrás mineral), mencionados expresamente en el anexo I de la resolución.

u Para cada producto se fija un “valor de corte” y un “valor de referencia”. El precio internacional de “referencia” es el umbral a partir del cual empieza a regir el cálculo de las retenciones móviles (para el crudo, se fijó en 60,9 dólares por barril). El de “corte” expresa el valor neto, sin derechos, que recibirá el exportador (en el crudo se estableció en 42 dólares por barril).

u La fórmula de cálculo de las retenciones arroja por resultado que, cualquiera sea el nivel del precio internacional, lo que exceda del “valor de corte” deberá ingresarse al fisco como derecho de exportación.

u Si el precio internacional se ubicara por debajo del “valor de referencia”, se aplicará una alícuota de derecho de exportación del 45 por ciento, para todos los productos del Anexo I, incluidas las naftas (artículo 5to. de la Resolución, salvo corrección ulterior).

u Si el precio internacional del crudo cayese por debajo de 45 dólares, será el propio Ministerio el que fije nuevos niveles de retenciones en un plazo de 90 días hábiles.

Uno de los aspectos que más llama la atención en el nuevo esquema es que las retenciones a las naftas se disparan al 45 por ciento como mínimo y luego siguen una evolución creciente, como el crudo. Tomando en cuenta que el nivel anterior de retenciones a dichos combustibles era del 5 por ciento, se evidencia una fuerte señal de desaliento a sus exportaciones. Una medida que le va a doler particularmente a las refinerías no integradas (Shell y Esso, que no extraen petróleo). Con las ventas al exterior de naftas a precio internacional estaban obteniendo una renta extraordinaria que les compensaba el bajo rendimiento económico de la comercialización de combustibles en el mercado interno. Una excusa quizá válida hasta hace unos meses, antes de que empezaran con miniajustes y diferenciaciones de precios por zonas. A su favor, tendrán el beneficio de pagar a menor precio el crudo que le compran a los productores.

La decisión de aumentar las retenciones fue anunciada a media mañana por el ministro Peirano, escoltado por su par de Planificación Federal, Julio De Vido, y el secretario de Energía, Daniel Cameron. Fue en Casa de Gobierno, y momentos después de informar del tema al presidente Néstor Kirchner. Del encuentro con el jefe de Estado había participado también el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien sin embargo no apareció en la conferencia de prensa.

Sin brindar detalles, ni siquiera entregar copia de la resolución, Peirano y De Vido se limitaron a sintetizar el objetivo de la medida. “El objetivo es contener y preservar la evolución de los precios internos, teniendo en cuenta el fuerte incremento de los precios internacionales del petróleo y sus derivados”, refirió Peirano. En los considerandos de la resolución se menciona, además, la intención de proteger al consumidor “de los posibles perjuicios que pudieren acontecer, como asimismo atenuar su impacto sobre el nivel de actividad y empleo”.

Mientras Peirano eludió hablar de “una preocupación” oficial por los recientes aumentos en las naftas (ver nota aparte), De Vido, al subrayar que la medida “apunta a proteger al mercado interno (poniendo) a salvaguarda el interés de todos”, explicó que “lo que hace, de alguna manera, es retrotraer el precio al mes de julio”. El titular de Planificación remarcó que “el combustible en todo el territorio nacional está perfectamente abastecido”, admitiendo inconvenientes en la Patagonia por la toma de dos plantas almacenadoras, aunque aclaró que dichos inconvenientes “están en vías de resolverse”.

Inusualmente distendido, De Vido hasta se permitió responder una pregunta fuera de temario. Al ser consultado por su continuidad en el cargo después del 10 de diciembre, dijo que estaba “muy contento por la decisión de la Presidenta”, pero eludió decir si Cameron, a su lado, seguiría al frente del área de Energía. “Eso se comunicará en su momento, como ayer se hizo con otros miembros del futuro gobierno”, explicó, igualmente distendido.

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