George Bush anunció un plan de salvataje para 1,2 millón de morosos de créditos hipotecarios en riesgo de ser rematados. Las ejecuciones habían llegado a un máximo histórico. Suba de las bolsas.
George Bush anunció ayer un salvataje para alrededor de un millón 200 mil deudores hipotecarios que no pueden hacer frente a la suba de los costos de los créditos. La medida se tomó en medio de la incertidumbre por el futuro de la economía estadounidense. De todas formas, en Wall Street estimaron que la iniciativa beneficiará sólo a la mitad de los deudores de los denominados préstamos subprime (de baja calidad). Tras el anuncio hubo subas en los mercados financieros.
El plan de ayuda consiste en un congelamiento de las tasas de interés que pagan los deudores durante un plazo de cinco años. En general, los créditos subprime son de largo alcance, a 28 años en promedio, pero sólo durante los primeros años son a tasa fija. A partir de ese momento, las cuotas empiezan a depender de la evolución de las tasas. En medio de la incertidumbre económica, esos costos registraron fuertes alzas en los últimos meses.
Según Bush, el salvataje evitará embargos de propiedades, que “tendrían consecuencias negativas para la economía”. Además, indicó el jefe de Estado, “los financistas e inversores enfrentarían pérdidas enormes, razón por la cual les interesa lograr acuerdos con los deudores y trabajar con ellos para evitar los embargos”.
Sin ofrecer detalles adicionales, Bush añadió que “entre las soluciones propuestas figuran, además, facilidades de refinanciación para los deudores en dificultad”.
Los mercados bursátiles mostraron una sensible mejora luego del discurso presidencial. El índice Dow Jones subió 1,3 por ciento y el Nasdaq, el 1,6. La Bolsa de Brasil se anotó con una mejora del 1,3 por ciento. En Buenos Aires, el índice MerVal avanzó el 1,4 por ciento, aunque en este caso el rebote también se explicó por el anuncio de una inflación minorista del 0,9 por ciento en noviembre, superior a lo esperado por los analistas.
La crisis de los créditos hipotecarios de baja calidad fue empeorando con el transcurso del tiempo. La Reserva Federal (banca central estadounidense) y el Banco Central Europeo inyectaron sumas millonarias en el sistema financiero para evitar colapsos. Esa decisión proveyó de liquidez a las entidades financieras, pero no logró mejorar la solvencia de los bancos. Los más grandes incluso ya anunciaron quebrantos en sus últimos balances. Y el Citigroup, el mayor de los Estados Unidos, fue rescatado de la quiebra por el Emirato de Abu Dhabi. Por el 4,9 por ciento de su capital recibirá ingresos por 7500 millones de dólares.
La expectativa de una crisis por parte de los ciudadanos estadounidenses y la restricción crediticia desaceleraron la evolución del Producto Bruto. Para evitar la profundización de los problemas, la Reserva Federal viene aplicando rebajas en la tasa de interés de corto plazo. Ahora se encuentra en el 4,5 por ciento anual y la perspectiva de la mayoría de los bancos de Wall Street es de una baja adicional de un cuarto de punto en la próxima reunión de directorio, el próximo martes.
Ayer fue el Banco de Inglaterra el encargado de decretar una rebaja en el costo del dinero, de un cuarto de punto, al 5,5 por ciento anual, debido a que se detectó un enfriamiento de la economía. El Banco Central Europeo, en cambio, prefirió mantener la tasa en el 4 por ciento anual.
El plan anunciado por Bush no involucra a todas las familias morosas con los bancos, sino sólo a aquellos que “no sean capaces de pagar sus cuotas del préstamo subprime una vez que las tasas fueran ajustadas al alza, pero que podían al menos pagar la tasa inicial”, explicó el presidente estadounidense. Quedan excluidas las familias que pueden hacer frente al aumento de las tasas, lo mismo que quienes no pueden afrontar siquiera las tasas iniciales. Tampoco se favorecerán a aquellos que no viven en las casas adquiridas, sino que tomaron un préstamo como una inversión financiera. La determinación de ayudar tan sólo a la mitad de los morosos generó críticas desde la oposición.
Según datos divulgados ayer, la cantidad de ejecuciones hipotecarias llegó a un record durante el tercer trimestre del año. La Asociación de Bancos Hipotecarios informó que un 0,78 por ciento de las viviendas hipotecadas está en proceso de ejecución. Un nivel nunca visto antes en los Estados Unidos. Los atrasos de pagos, que se cuentan cuando la demora es superior a 30 días, treparon al 5,59 por ciento del total.
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