El anuncio de un acuerdo entre el gobierno de Bush y los demócratas para una rápida sanción legislativa del paquete de rescate de la economía estadounidense provocó la recuperación bursátil. Aquí el alza fue de 4 puntos.
La noticia del fraude al banco Société Générale hubiera ensombrecido aún más a los mercados financieros de no haber sido por las señales “alentadoras” que surgieron ayer desde Estados Unidos. Las bolsas de Nueva York, Europa, Asia y América latina cerraron con fuertes aumentos, que en el caso de Buenos Aires alcanzó a 3,97 por ciento. Los bonos argentinos y los granos –principal producto de exportación– también se recuperaron con fuerza, mientras que el Banco Central sumó otros 124 millones de dólares a las reservas, que llegaron a un nuevo máximo de 47.270 millones. Avidos de indicadores que permitan conjeturar que la crisis no será tan severa como se teme, los inversores reaccionaron con euforia frente al anuncio de un acuerdo entre el gobierno de George Bush y el Congreso norteamericano para una rápida aprobación del paquete de salvataje por 145.000 millones de dólares.
Antes que esa noticia, los mercados europeos se tomaron de un indicador económico difundido en Washington para revertir las duras pérdidas del día anterior. En Estados Unidos se conoció que los pedidos de subsidio por desempleo fueron menores a los previstos, lo que indicaría que la economía todavía muestra posibilidades de reacción y que la recesión no es inevitable. La demanda semanal de asistencia cayó a 301.000, contra los 320.000 esperados por los analistas de Wall Street. En Francfort, el índice Dax terminó con un alza de 5,9 por ciento, la Bolsa de Londres registró un avance del 4,7 por ciento, la de París, del 6,04 y la de Madrid, de 6,95. En Nueva York, las operaciones comenzaron en baja, pero tras ese dato el Dow Jones ganó 0,9 por ciento y el Nasdaq 1,9.
Pero la gran bocanada de oxígeno la aportó la conferencia de prensa conjunta que ofrecieron el secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, la diputada demócrata Nancy Pelosi y el líder de la bancada republicana, John Boehner, durante la cual se anunció que el oficialismo y la oposición en la Cámara baja llegaron a un entendimiento para aprobar el plan de rescate de la economía elevado por el Ejecutivo. Se trata de un paquete “oportuno, enfocado y temporal”, concedió la demócrata Pelosi.
El programa, por un total de 145.000 millones de dólares, incluye reembolsos de impuestos de entre 600 y 1200 dólares para contribuyentes particulares cuyos ingresos no superen los 75.000 dólares anuales y parejas con salarios menores a los 150.000 dólares al año. La idea, según explicó Bush la semana pasada en su presentación, es que los norteamericanos reinyecten ese dinero en la economía, y de ese modo escapar a la recesión.
Los legisladores esperan completar la sanción del paquete para su paso al Senado antes del receso de febrero y prevén que las medidas podrían entrar en vigor en junio próximo. Tras varios días de negociaciones, los demócratas acordaron con el gobierno que 100.000 millones de dólares se utilicen para devolver impuestos a los particulares, y otros 45.000 millones en medidas fiscales para las empresas. Los individuos sin cargas familiares recibirán 600 dólares, 1200 si están casados y 300 dólares adicionales por cada hijo. Los trabajadores que no están obligados a declarar sus ingresos, pero que hayan cobrado al menos 3000 dólares anuales, recibirán un cheque de 300 dólares. Las empresas, por su parte, podrán deducir de impuestos el 50 por ciento de las inversiones en equipamiento.
Para alcanzar el acuerdo, los demócratas retiraron su demanda de subir los subsidios a la alimentación para los pobres, en tanto que los republicanos desistieron de su solicitud de que las empresas con pérdidas pudieran reclamar impuestos pagados previamente.
Bush pidió ayer al Congreso aprobar el plan de reactivación “lo antes posible”. “El país necesita dar este impulso a la economía ahora”, insistió.
La recuperación de los mercados financieros de los últimos dos días no ahuyentó la preocupación entre los gobiernos y los inversores. Algunos advirtieron que podría tratarse de una simple corrección técnica en vista de las fuertes bajas de las últimas semanas.
En Argentina, el alcance de la tensión internacional se redujo hasta el momento a las cotizaciones de acciones y bonos, que ayer acompañaron la tendencia general y experimentaron importantes alzas. Más importante que ello, los valores de los commodities recortaron las pérdidas de los días anteriores (ver aparte). En el mercado de divisas, la liquidación por parte de exportadores presionó sobre el dólar y las cotizaciones se acomodaron un escalón más abajo en todas sus franjas. A nivel minorista, la cotización quedó en 3,14 para la compra y 3,17 para la venta. En el sector mayorista, donde operan bancos y empresas, el billete norteamericano cerró a 3,152, contra 3,158 del cierre anterior.
“Los exportadores estuvieron aprovechando el elevado precio de la divisa para obtener una mejor posición por la venta de sus dólares”, indicaron desde la city. Los analistas coincidieron en afirmar que el mercado cambiario se mantuvo siempre ajeno a las tensiones globales, y otro tanto sucedió con el mercado de dinero, donde la tasa de call ronda el 8,10 por ciento anual.
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