ECONOMíA › LA PUJA POR EL PRECIO DE LA CARNE Y PROPUESTAS PARA UNA POLITICA GANADERA
La actitud de consignatarios y ganaderos estaría impulsando una suba de precios en el mercado de hacienda. En plena puja, el Gobierno trata de apurar una propuesta consensuada de política para el sector. El aporte de Binner, cuya provincia es eje del conflicto, donde hay frigoríficos que adelantan suspensiones.
› Por Sebastián Premici
El precio del ganado y de la carne vacuna que se consume, sobre todo en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, está dando que hablar. El lunes ingresaron al mercado de hacienda de Liniers sólo 1396 animales, lo que produjo un aumento de los precios, calculado entre el uno y dos por ciento en relación a la semana anterior. Según fuentes consultadas por Página/12, el origen de los aumentos estuvo en que los consignatarios, en vez de enviar el ganado a Liniers, lo vendieron en forma directa en campo. Representantes del sector aseguraron que la maniobra apunta a instalar la necesidad de aumentos de precios en la cadena de valor de la carne.
Para Omar Barchetta, secretario gremial de la Federación Agraria de Santa Fe, el mercado de hacienda de Liniers dejó de ser el punto principal para la comercialización del ganado, dando lugar a la oferta directa. Esto se comprueba porque las fábricas están abastecidas, es decir que no habría faltantes de stock. “Así se evitan algunos gastos de intermediación y los tres pesos con cincuenta que se pagan por kilo, en promedio, rinden más para los empresarios del sector”, aseguró el gremialista a Página/12.
Sin embargo, la cadena industrial de la carne tendría un problema de oferta a mediano plazo. “A partir de la baja en la desocupación, aumentó la demanda interna, mientras que desde el exterior también se pide más carne argentina. Estas situaciones, combinadas con una escasa reacción de parte de la oferta, sobre todo cuando se da una competencia por el suelo con la soja y el maíz, dificultan toda la cadena industrial”, graficó Miguel Schiaritti, presidente de la Cámara de Industria de la Carne de la República Argentina.
El empresario estuvo reunido el martes con el secretario de Política Económica, Gastón Rossi, para proponerle al Gobierno un plan que permita liberar el precio del ganado, con una correspondiente política de compensaciones a la salida de las fábricas: entiéndase, subsidios. “Si la política oficial es mantener el precio de la carne atrasado o en los valores actuales, entonces que nos paguen la diferencia. Lo mismo que se hace con el trigo”, argumentó. ¿Cuánto pidieron de subsidio?, preguntó Página/12. “Eso lo debe definir el Poder Ejecutivo”, aclaró Schiaritti. Actualmente, recibirían subsidios un diez por ciento de las 15 millones de cabezas de ganado que se produjeron el año pasado. “Nosotros proponemos subsidiar todas las cabezas de ganado y así aumentar la producción”, aclaró.
Para Marcelo Fielder, secretario de Acción Política de la Sociedad Rural Argentina, para aumentar la producción podrían establecerse mayores pesos de faena. “Se faenan 15 millones de cabezas por año, donde sólo 3 millones llegan a los 160 kilos. Si se aumenta el peso de faena en 20 kilos, se producirían adicionalmente sólo 60.000 toneladas, equivalente al consumo de un solo mes. Por eso habría que llevar adelante medidas de fondo con incentivos para los productores y no con restricciones”, argumentó.
El representante de la Sociedad Rural también estimó que podrían aumentarse los cupos de exportación, algo reclamado desde hace tiempo por la industria de la carne, sobre todo de aquellas categorías que no se consumen en el país. Actualmente, se exportan alrededor de 500.000 toneladas por mes, sin considerar la Cuota Hilton. “No se pueden discutir aisladamente políticas de precios, cupos de exportación y condiciones laborales del sector. La ganadería es una sola y un negocio de mediano y largo plazo. Producto de algunas políticas erráticas, en Santa Fe se están cerrando frigoríficos”, argumentó Fielder.
La empresa Swift, por ejemplo, envió a sus trabajadores un preaviso, anunciando que a partir del primero de febrero quedarían sin tareas. Por intermedio de la Federación del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados, la empresa pospuso por 30 días el cese de actividades en Santa Fe. Swift ya está stockeada, a la espera de poder exportar los alimentos termoprocesados, por eso puede prescindir de sus trabajadores. “Cuando se cierra la exportación, cae el precio de la vaca de conserva; así los productores ganan menos y los que se benefician son los frigoríficos cuando salen a exportar”, graficó Omar Barchetta.
Este fue uno de los temas analizados en la reunión que mantuvieron los representantes del sector con el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner. Del encuentro surgió la necesidad de armar un plan ganadero para la provincia, que sin duda, debería articularse con un plan nacional. “No es un trabajo para competir con la Nación. La propuesta de Binner tiende a encontrar una solución para el sector de su provincia. Básicamente, el plan ganadero debería apoyar la producción de otro tipo de carne, tal cual hace el modelo uruguayo, donde hay un sistema de corte para la exportación y otro de consumo popular”, indicó Barchetta.
Desde la Sociedad Rural indicaron que es positivo que los gobernadores se involucren en estas cuestiones. Fielder indicó a Página/12 que el plan ganadero podría aumentar en 200.000 toneladas la faena del sector, si se tomase la decisión de compensar a los tambos que decidan deshacerse de los animales que no producen leche, con el objetivo de engordarlos e ingresarlos en el circuito de la carne. “Esa es una política clara de un plan ganadero, que incluso podría replicarse en una iniciativa nacional”, concluyó el ganadero.
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