Sáb 19.01.2002

ECONOMíA  › ANN KRUEGER, DEL FMI, SIGUE EJERCIENDO PRESION

Un apoyo muy condicionado

Desde Chile, la número dos del Fondo volvió a cuestionar el manejo de la economía argentina y destacó, como contraste, la disciplina de la chilena. Advirtió sobre riesgos inflacionarios.

La debacle de Argentina generó en el FMI la vacante del alumno modelo. Y desde Chile la número 2 del organismo, Anne Krueger, dejó claro que la vacante ya fue cubierta por el país trasandino, donde las recetas de liberalización y apertura propuestas por el organismo financiero fueron aplicadas con ímpetu, aunque con menos fervor ortodoxo. Para Argentina, Krueger repitió la demanda de un plan de ajuste “sustentable” y que retome la negociación con los acreedores. Advirtió, además, sobre los riesgos inflacionarios en caso de que el gobierno argentino aplique una política monetaria expansiva, para alentar la actividad interna. “Resultaría muy rápidamente en hiperinflación”, expresó.
Desde Santiago, adonde viajó para intervenir en un seminario organizado por el Banco Central de Chile, Krueger se dedicó a fustigar a la Argentina y a desgranar los tradicionales reclamos del Fondo, tanto en materia de ajuste fiscal como en la exigencia de restablecer las relaciones con los acreedores. Como ya es tradicional en las alocuciones de los funcionarios del FMI, la número 2 recurrió en repetidas ocasiones a la expresión inaugurada por el secretario del Tesoro, Paul O’Neill, acerca de que Argentina debe lograr un plan “sustentable” si quiere recibir el apoyo del organismo. Lejos de cualquier autocrítica o aceptación de errores en las recomendaciones del pasado, la funcionaria dijo que en Argentina “tendremos que ver un programa que sea sustentable hacia adelante, esto quiere decir un programa que prometa crecimiento económico y un entorno de estabilidad razonable”. Para ello, los argentinos “requieren de una política fiscal austera y negociar con sus acreedores para llegar a alguna solución aceptable en las grandes dificultades que han tenido que enfrentar para pagar la deuda”. Es decir, más ajuste interno para pagar deuda, la misma receta que llevó a la explosiva situación actual. Krueger señaló también que Argentina tendrá que buscar algún sistema de tasa de cambio que pueda manejar y administrar con seguridad a largo plazo.
En contrapartida, Krueger se deshizo en alabanzas para la economía chilena, que al parecer se convirtió en la nueva niña bonita del FMI. La funcionaria consideró que “las políticas de Chile son muy buenas y todo el mundo reconoce las diferencia entre las políticas y la economía de Chile y las de Argentina. Hasta el momento no hemos visto evidencia alguna de contagio y estoy razonablemente confiada de que esto seguirá así”, manifestó Krueger en rueda de prensa.
Aunque Chile registró ese año un crecimiento del producto de sólo el 3 por ciento, esto le alcanzó para mantenerse a la cabeza de los países sudamericanos. Sus proyecciones de crecimiento son del 3,3 por ciento para 2002 y del 5,3 para 2003. La crisis argentina causó turbulencias en el mercado monetario chileno y amenaza reducir las ganancias de las empresas locales que invirtieron en Argentina. Sin embargo, el gobierno chileno estimó que las secuelas serán transitorias y específicas.
En otro orden, la representante del FMI reconoció que una delegación del organismo se encuentra en Buenos Aires y que otra viajará posiblemente la próxima semana, para recibir información de las autoridades locales. El primer grupo considera asuntos monetarios y bancarios y el que se apresta a viajar se ocupará de temas de la deuda externa y de los presupuestos fiscales. Pero Krueger aclaró que “no existe una negociación de ningún tipo” y atribuyó a las misiones sólo carácter técnico. Argentina debe formular un nuevo marco de política monetaria, restablecer su sistema bancario, elaborar un presupuesto y una política fiscal, además de un sistema de tasa de cambio que sea manejable en el largo plazo y “que sea real”.
“Cómo lo hagan las autoridades, es un asunto autónomo. Tienen varias opciones y podrán elegir el sistema para llegar a esa meta. Pero todos estos requisitos serán necesarios para dar un nuevo apoyo del Fondo. En todo caso, aún no hemos recibido una solicitud formal”, describió Krueger. No obstante, el Fondo no decidirá la reposición de la ayuda financiera que demanda Argentina hasta no recibir los informes sobre el planeconómico que elabora el Gobierno. “Me sorprendería mucho tener algo antes” de un mes, señaló la funcionaria.
El Fondo mantiene paralizado desde el 5 de diciembre su programa con Argentina por un total de 22.000 millones de dólares, de los que sólo restan 9000 millones por desembolsar. Tras la decisión del FMI en diciembre pasado de bloquear el pago de un tramo del crédito a Argentina, las relaciones entre la institución y ese país pasaron por momentos de crisis que ahora se está superando.

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