Vie 15.02.2008

ECONOMíA  › LA CADENA DE VALOR DEL SECTOR TEXTIL SE REUNIO CON MARTIN LOUSTEAU

Informalidad e importaciones chinas

Los empresarios expusieron su aporte al crecimiento y reclamaron frenar el ingreso de productos de China. Economía y Trabajo destacaron el elevado nivel de empleo en negro de esa industria. Armaron grupos para tratar esas cuestiones.

› Por Sebastián Premici

Dentro de la cadena de valor del sector textil e indumentaria trabajan 400.000 empleados, de los cuales el 75 por ciento está en condiciones de informalidad. Por otro lado, las importaciones de indumentaria que llegan desde China a precios subvaluados provocarían la pérdida de 47.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Este escenario fue expuesto ayer por las cámaras empresariales del sector en una reunión conjunta con el ministro de Economía, Martín Lousteau; el secretario de Industria, Fernando Fraguío, y la viceministra de Trabajo, Noemí Rial, quien se comprometió a presentar dentro de 15 días una nueva ley que regule el trabajo de todo el sector.

“Estamos elaborando junto a dos técnicas del Banco Mundial una normativa que modifique integralmente la actual ley de trabajo a domicilio que data de 1945. En ella definiremos claramente las obligaciones de los empleadores y los derechos de todos los trabajadores del sector textil”, afirmó Rial a Página/12. Por su parte, José Ignacio de Mendiguren, vicepresidente de la Cámara de la Industria Argentina de la Indumentaria y de la UIA, indicó a este diario que se les solicitó a Lousteau y a los otros funcionarios presentes que las empresas del sector puedan tomar sus contribuciones patronales como crédito fiscal para el impuesto a las ganancias durante cinco años, a cambio de la responsabilidad empresaria. Es decir, de la contratación en blanco de todos los trabajadores del sector. Sin embargo, Rial indicó que la nueva normativa no se hará pensando en la derogación de impuestos, sino teniendo en cuenta las condiciones laborales. “No puede haber un sector productivo que se presente ante el Ministerio de Economía para solicitar beneficios a su actividad cuando tiene trabajadores en condiciones de esclavitud”, graficó la funcionaria del Ministerio de Trabajo.

Del total de empresas informales, el 91 por ciento no tiene más de 10 empleados; mientras que el 8 por ciento cuenta con hasta 20 personas y sólo el uno por ciento tiene 40 trabajadores. O sea, la informalidad se da en las pequeñas y medianas empresas. “Esta situación está impulsando las importaciones. Como las empresas no pueden pedir créditos para aumentar sus posibilidades de negocios, tienen que traer productos de otros países, sobre todo de China, que llegan con valores por debajo de los del mercado nacional e internacional”, aseguró a este diario Víctor Hugo Benyakar, presidente de la Cámara Argentina de Indumentaria de Bebés y Niños. El kilo de ropa para bebés y niños importado de China tiene un costo de 13 dólares; mientras que el promedio de importación desde otros países es de 30 dólares. “La indumentaria de China ingresa por menos de la mitad del precio de mercado. Este déficit en las importaciones genera una pérdida de 47.000 puestos de trabajo”, aseguró el economista de la Fundación Pro-Tejer, Mariano Kestelboim.

Acorde con un estudio realizado por la Fundación Pro-Tejer, las importaciones textiles alcanzaron los 1294 millones de dólares el año pasado. De ese total, 340 millones corresponden a prendas terminadas; el resto serían los insumos necesarios para que los fabricantes locales puedan desarrollar su actividad comercial. Según De Mendiguren, el 40,5 por ciento de las importaciones viene de China, el 11,2 de Brasil y el 10 por ciento de Paraguay. La facturación total del sector está estimada en 15.000 millones de pesos, de los cuales 580 millones de dólares provienen de la exportación. Estos números dan cuenta de que el sector textil está transitando un ciclo positivo: entre 2002 y 2007 se invirtieron 4000 millones de pesos en bienes de capital. Sin embargo, la combinación de informalidad e importaciones desleales desde China son dos factores característicos del sector.

“En relación con las importaciones, no hay que permitir la nacionalización de la mercadería que llega con valores que estén por debajo de criterios pautados. La Aduana, cuando detecta irregularidades, primero deja ingresar la mercadería y luego exige explicaciones. Esto tiene que ser al revés”, afirmó a este diario el diputado (FPV) Marcelo Fernández.

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