Jue 28.02.2008

ECONOMíA

El jefe de la banca central de Estados Unidos también la ve negra

“La situación se ha vuelto menos favorable”, expresó Ben Bernanke, el hombre clave encargado de infundir confianza en medio de los temores. Todo anticipa que volverán a bajar las tasas en dólares, con lo cual resurgen los temores a una nueva escalada inflacionaria.

› Por Tomás Lukin

“La situación económica se ha vuelto claramente menos favorable”, advirtió el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, durante su discurso al Congreso. Como se esperaba, Bernanke dio claras señales de que la Fed continuará bajando sus tasas de ser necesario al afirmar que el Banco Central “actuará en el momento oportuno y como sea necesario para apoyar el crecimiento y brindar un resguardo adecuado contra los riesgos de recesión”. Ahora, el foco de atención está puesto en que la variación de tasas no se traduzca en mayor inflación. Poco después del discurso de Bernanke, el euro alcanzó los 1,51 dólar, su mayor cotización frente a la moneda norteamericana desde su creación. Finalmente cerró la jornada más cerca de 1,50. Especialistas explicaron a Página/12 que en el corto plazo la moneda europea puede continuar apreciándose, pero existe consenso acerca de que en el mediano plazo esas cotizaciones no son sostenibles y por lo tanto la moneda volverá a bajar y se ubicará nuevamente alrededor de 1,35-1,40 dólar.

Hasta ahora, la Fed había priorizado atenuar las posibilidades de recesión, subordinando a este objetivo la inflación. La lógica de la banca central estadounidense era que la desaceleración de la economía no generara aumento de precios, sino que es deflacionaria. Sin embargo, Bernanke señaló ayer que “existen también riesgos de que la inflación aumente, principalmente si los precios de la energía y de los alimentos no bajan o, si las empresas trasladan más de lo previsto el alza de los precios de las materias primas, o la debilidad del dólar, sobre los consumidores”. Por ahora, la Fed confía en la efectividad de sus herramientas de política monetaria y espera que la baja de tasas no genere mayores presiones inflacionarias. Así, los mercados esperan que en la reunión de la Fed del 18 de marzo se decida una reducción de 50 puntos en las tasas.

Desde comienzos del año pasado, el dólar cede aceleradamente terreno frente al euro. En abril de 2007 el cambio era de 1,37 dólar por euro, hoy ronda 1,50. Expertos consultados por este diario señalan que la apreciación del euro puede continuar, pero advierten que es importante diferenciar entre los movimientos de capitales de corto plazo, que son aquellos que aprovechan las diferencias de tasas y son muy difíciles de predecir, de las tendencias de mediano y largo plazo. Dentro de un período cercano a los dos años, en la medida que el balance comercial norteamericano se ajuste y reduzca su déficit, es probable que la moneda norteamericana vuelva a apreciarse.

Mientras que los directores del Banco Central Europeo despejan las expectativas de una baja de las tasas de interés en la zona euro –que están en el 4 por ciento– en las próximas semanas, sosteniendo que los mercados subestimaban los riesgos de inflación. Diferentes analistas consideran que las tasas bajarán en los próximos meses. Para Europa, una moneda tan apreciada no es sostenible por un problema de competitividad que podría llevar a la relocalización de fábricas, la reducción de los márgenes de ganancia y la pérdida de mercados frente a competidores fuera de la zona de influencia de la moneda.

Por su parte, el precio del barril de petróleo, debido a la pérdida de valor del dólar y a la posibilidad de una reducción de la producción por parte de la OPEP, llegó a los 102 dólares para terminar el día en 98 dólares. Además de la confirmación por parte del titular de la Fed de un escenario “débil en el corto plazo”, los mercados recibieron durante el día de ayer nuevos datos negativos sobre la economía norteamericana: la venta de casas nuevas volvió a caer por tercer mes consecutivo. La disminución en enero fue de 2,8 por ciento, a un ritmo anual de 588.000 unidades. Así, en 12 meses el precio medio de una vivienda nueva ya bajó un 15,1 por ciento, siendo los valores más bajos registrados desde 1991. A su vez, también se difundió que en el mes pasado la caída en la demanda de bienes durables de producción fue peor que la esperada, llegando al 5,3 por ciento.

De todas maneras, las bolsas no se alteraron. Mientras que en Europa algunos mercados cerraron con leves bajas, en Wall Street el Dow Jones terminó con una pequeña alza de 0,07 por ciento y en Buenos Aires, el MerVal culminó su séptimo día arriba.

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