Facultades privadas, el papel del Estado y un debate
Alberto Müller,
 “El proyecto toma como base filosófica la utilizada en el modelo europeo, en donde se escinden las cuestiones de infraestructura y movilidad. Esta división implicaba que en la parte de movilidad terminara habiendo una multitud de operadores mientras que de la infraestructura se ocupaba el Estado, aunque esto último no necesariamente se cumplió. El modelo se aplicó con mayor apego a la letra en Suecia y Gran Bretaña. El caso inglés fue un fiasco. Lo que más me preocupa es que se quiere meter competencia a toda costa en el sector porque se argumenta que con eso se solucionarán todos los problemas. Sin embargo, eso es una falacia. El gran problema es conseguir capitales, ya sean públicos o privados, para sanear el sistema ferroviario argentino. Para eso se necesitan cerca de 5000 millones de pesos en cinco o seis años.” |
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Norberto Rosendo,
 “Con esta ley se les permite a los concesionarios decidir dónde aplicar los subsidios que les da el Estado. Es un disparate porque así el Estado pierde la posibilidad de planificar. En la nueva etapa, la sociedad del Estado funciona como una sociedad anónima, se vuelve autárquica, por fuera del control del fisco. La nueva empresa creada va a tomar la totalidad de los terrenos e inmuebles. De esta manera, permite que se vendan esos bienes inmuebles con mayor facilidad dado que no tiene que pasar por la serie de restricciones que mediaban anteriormente. Por último, con la nueva ley, se transforma la Comisión Nacional Reguladora de Transporte. De ser un ente que regula las empresas, aunque poco de eso podía hacer últimamente, se vuelve un órgano de policía de los trabajadores. Se podrán echar o suspender trabajadores por distintas razones con mucha mayor facilidad.” |
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Edgardo Depetri,
 “La ley es un avance. Lo más importante es que se abre un debate sobre el papel del Estado en el sector del transporte. Con la nueva ley se crea la administración de estructura ferroviaria sociedad del Estado, cuyos objetivos son la administración de bienes tanto privados como concesionados, inspeccionar la estructura ferroviaria y definir cómo será la red nacional de acá en adelante. La otra empresa estatal creada estará a cargo de la administración del material rodante, tanto de carga como de pasajeros, y también determinará los estándares de calidad que se deben alcanzar. Hasta ahora no teníamos organismos que regularan estas cuestiones, en los ’90 habían sido dominados por los propios concesionarios. En el otro extremo, en los ’50 el Estado era propietario directo. Lo de hoy es un paso adelante respecto de ambos.” |
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