No es necesario ir a las ostentosas casonas de la zona norte del conurbano bonaerense para encontrar el perfil de consumidor “rico”, alcanzado por el ajuste anunciado ayer. De acuerdo con la información proporcionada por las distribuidoras, un hogar de 650 kilowatt hora el bimestre es el que tiene el equipamiento que se detalla a continuación, habitual en hogares medios de una familia tipo. Basta una heladera con freezer, dos televisores de 29 pulgadas, una plancha, un equipo de aire acondicionado, doce lámparas incandescentes de 40 watt y diez lámparas de bajo consumo de 20 watt, un lavarropas, dos reproductores de video y una aspiradora para ubicarse entre los clientes residenciales que desde el 1º de julio pagarán más cara la electricidad. Del 10 por ciento si apenas superan ese límite o del 30 por ciento si consumen por encima de los 1200 kw/hora. De cualquier modo, tanto las estadísticas oficiales como las privadas coinciden en que ese segmento de usuarios es minoritario y representa entre un cuarto y un tercio del total, pero que consume la mitad de la energía distribuida. Sobre esta base, la gran mayoría debería quedar exceptuada del flamante incremento. Ayer, De Vido calculó en el 76 por ciento la proporción de hogares exceptuados en el área metropolitana bonaerense.