Los salarios subieron en el mes de agosto un promedio levemente superior al 4 por ciento, según el informe mensual que ayer publicó el Indec. Los salarios en el sector privado subieron 2,33 por ciento en agosto frente a julio y 12,7 por ciento desde enero. Los asalariados no registrados (en “negro”) mejoraron sus ingresos 3,3 por ciento en el mes y 26 por ciento en el año. En el sector público se verificó una suba de sueldos de 8,1 por ciento en julio y de 18,4 por ciento en ocho meses.

El Coeficiente de Variación Salarial (CVS) –que se utiliza para el ajuste de deudas y de créditos– tuvo un aumento de 4,05 por ciento.

Con las mejoras estimadas por el Indec, en los últimos doce meses los salarios de los trabajadores privados aumentaron 19,7 por ciento. Este incremento, muy semejante al acordado como pauta general y piso para las negociaciones colectivas de trabajo de este año (paritarias), estuvo por debajo de los resultados obtenidos por los trabajadores “en negro”, que subieron en valores nominales 34,7 por ciento. La mejora para este segmento de trabajadores estaría vinculado, además, a una suba del empleo informal, sin que haya suficiente oferta de mano de obra como para atender el requerimientos de fábricas, comercios y talleres. En tanto, en el sector público, la suba salarial en doce meses fue del 24,24 por ciento.

Esta diferencia en la evolución de los ingresos en contra de los trabajadores privados registrados obedece también a que los empleados con aportes al sistema de capitalización sufrieron, en agosto, un aumento en sus aportes al sistema jubilatorio de cuatro puntos, pasando del 7 al 11 por ciento. En tanto, los aumentos en el sector público se vieron reforzados por la implementación en agosto de los reajustes escalonados pactados a comienzos de año.

La sensación en los gremios difiere de lo que expresan los números del Indec. De hecho, en las últimas semanas se dinamizó el reclamo de diferentes sectores por la reapertura de las negociaciones salariales para este año y la demanda de un “aguinaldo” extra de 500 pesos para todos los trabajadores en relación de dependencia.

Los trabajadores vinculados con actividades exportadoras temen por el impacto que puedan recibir sus sectores si se desencadena una recesión mundial y disminuye la demanda de productos argentinos. La misma preocupación existe en los rubros más ligados a las compras brasileñas.